Piden el cierre de los cuarteles de Degaña, Ibias, Allande y Navelgas (Tineo)

“Donde falta harina, todo es mohína”, reza el refrán castellano

Y esto es lo que viene ocurriendo desde hace tiempo en el suroccidente asturiano. La pérdida de población es galopante, los puestos de trabajo desaparecen y las aldeas se despueblan desapareciendo ganadería, agricultura y explotación de montes.

Se vino diciendo desde siempre que la decadencia de las aldeas se iniciaba con la marcha del cura, seguía con la del maestro y se cerraba con el cierre del chigre-tienda. Esto sucede ya también en los pueblos y a los citados cierres se une ahora el de los cuarteles de la Guardia Civil de los concejos.

La asociación de profesionales Unión de Guardias Civiles ha pedido que se cierren, entre otros, cuatro cuarteles del suroccidente de Asturias. Se trataría de los puestos de Degaña, Ibias, Pola de Allande y Navelgas (Tineo), de manera que sólo quedarían abiertos los de Cangas del Narcea. Así, de un plumazo.

Según estos profesionales de las fuerzas de seguridad del Estado, esa reestructuración territorial “redundaría en un mejor servicio al ciudadano y en la presencia, de forma continua, de dos patrullas en la calle”.

David Fernández, representante suroccidental de la asociación de profesionales, lo explicaba así en una reunión celebrada en Cangas del Narcea con motivo de la celebración del séptimo aniversario de UniónGC: “No habría ninguna merma en el servicio sino todo lo contrario. Ahora mismo hay cuarteles que sólo están abiertos al público cinco horas y con la reestructuración estarían abiertos 24 horas. Además, que la base esté en Cangas del Narcea, por ejemplo, no significa que las patrullas no pasen por los demás concejos. Sería

Ramón Rodríguez, presidente nacional de UniónGC y secretario general en Asturias, incidió en otros problemas de los trabajadores de la Guardia Civil: “Hemos visto cómo, nuevamente, nos congelaban el sueldo, algo que se repite los últimos años, además de la bajada del sueldo del 5% de hace cuatro años y de la eliminación de la paga extra de Navidad del año pasado. Entendemos que tenemos que ser solidarios, dada la crisis actual, y la Guardia Civil siempre ha dado muestras de enorme solidaridad, pero lo cierto es que somos un cuerpo especialmente castigado y maltratado históricamente”.

José Manuel Manrique, responsable de prensa de UniónGC, tomó la palabra para tratar de poner de manifiesto el mal estado de los acuartelamientos, en líneas generales, en los que trabaja la Guardia Civil en Asturias: “En algunos casos no son más que chozas, auténticas chozas. Son edificios muy viejos que necesitan de arreglos urgentes. Eso, en los casos en que, directamente, no estamos de prestado en lugares poco apropiados para desarrollar nuestro trabajo”. No obstante, eso no es algo especialmente significativo en el Suroccidente.