Cangas del Narcea: Domingo de Corpus
No era jueves, pero era el Corpus. Quizás por ello y tras muchos y muchos días de espera, el sol se asomó tímidamente a la villa canguesa y fue creciendo a medida que avanzaba la mañana. El aire, más que fresquito en algunas ocasiones, no fue óbice para que la gente se echase a la calle y los niños y niñas de Primera Comunión pudieran por fin lucir tras el agua y el frío que hubieron de aguantar los domingos en que se celebraron las Primeras Comuniones.
Como corresponde a tal fecha, el sonido del campanón de la basílica anunció a los cangueses el inicio de las celebraciones religiosas que este año hubieron de compartir espacio y seguidores con la de Narcenatur desplegada tanto en la Plaza de la Oliva como en Mayor, Don Ibo, Fernández Uría y otras. Quizá por ello la procesión, con muchísima gente, deslució un tanto en estos tramos en que ambas celebraciones coincidieron y aquella hubo de estrecharse para salvar las casetas.
Ya desde primeras horas, el olor del fenoyo inundaba la villa y retrotraía a recuerdos de la niñez a muchos cangueses mientras que otros lo hacían mentalmente reviviendo en su mente ese olor y las vivencias de antaño tras contemplar las fotos que alguno cangueses colgaron rápidamente en Internet para deleite de los que se hallan fuera.
Dos son los momentos que, en mi criterio, más luce la procesión. El primero es la salida de la Colegiata de palio y custodia cuando las cámaras de profesionales y aficionados (quizás demasiados) buscan el enfoque perfecto que coloque a aquellos en el centro del marco que crea la fachada del templo. El otro es cuando la procesión encabezada por las dos filas de los niños de Primera Comunión se abre al dejar la calle Mayor y entrar en la Plaza Conde Toreno, ayer plena ya de sol en esos momentos.
La intervención de la Coral, la bendición con la Custodia y el disparo de los voladores conforman quizás, el momento central del acto procesional.
Terminada la procesión, las terrazas se llenaron de familias ávidas de sol y críos con ganas de correr y saltar aún cunado los trajes de Primera Comunión resultasen bastantes perjudicados.