SUROCCIDENTE.-El invierno no se había perdido
No hace muchos días les hablaba yo aquí de la primavera que nos había traído febrero e, incluso, de los muchos días de enero que también llegaron vestidos como tales.
Pero, como suelen decir los paisanos con mucho acierto, “al invierno no lo comen los lobos, siempre llega” y el dicho se ha cumplido. A medida que avanzaba la semana pasada los indicios invernales se acrecentaban hasta hacerse totalmente visibles y notorios en el fin de semana
Y todo comenzó a colocarse como a estas fechas corresponde:
Escenas en el interior de pueblos cubiertos por las nevadas mientras que en la costa el oleaje es la amenaza y, a la vez, el espectáculo, sobre todo para los que somos del interior. Algún argayo afecta ya a carreteras comarcales y locales, aunque estos últimos no son conocidos muchos más allá de por aquellos que se ven directamente afectados. Y en los informativos ya se oye la habitual cantinela invernal: Se hallan cerrados los puertos del Connio y Ventana. Necesitan cadenas, Leitariegos, El Palo, La Marta, Somiedo y los accesos a Genestoso
Asturias no acaba de salir de una borrasca para entrar en otra. Y así ha llegado marzo. Las nieves anunciadas días atrás han ido bajando de altitud, y más allá de los valles, se han cubierto con fuerza pueblos y aldeas Mientras, en la costa sigue activa la alerta por fenómenos costeros, aunque sin ninguna incidencia reseñable, nos cuentan en Onda Cero
Este temporal no está causando por ahora grandes estragos. Problemas en menos de una decena de puertos, los habituales. Y una serie de pueblos que suelen presentar primero problemas por nieve, después exigen el uso de cadenas y terminan demandando la presencia de las palas.
Dejan las nieves estampas navideñas de casas, caminos y praos completamente cubiertos. Las intensas lluvias caídas, especialmente intensas en esta comarca suroccidental (47 litros por metro cuadrado en Ibias y 46 en Leitariegos), llevaron además a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico a poner en seguimiento los cauces del rio Navia, a la altura de San Pelayo y del Narcea en Corias, Regla de Corias, La Barca, Requejo, Quinzanas y Peñaullán.
La mañana del domingo transcurrió con calles vacías. De vez en cuando pasaba un trasunte acelerado bajo el paraguas. Un matrimonio joven decidió sacar a su bebé pese a todo y tapados hasta las cejas dieron una vuelta por la canguesa calle Uría. Están solitarios y mudos los Parqués. Tan solo se ven niños tras los cristales de las ventanas.
No se había perdido el invierno. Estaba escondido y en estos últimos días ha decidió hacer acto de presencia. Marzo se abre paso camino de la primavera