ALLANDE.- Cuando de la apicultura se hace una actividad rural y cultural
Es la apicultura, una actividad a la que Cristina Galán Menéndez se incorporó de manera profesional en 2016 y que se ha convertido desde entonces en el medio de vida familiar
Natural del concejo de Allande, lo que si tenía claro Cristina era que quería quedarse en la zona. Y así decidió profesionalizarse e incorporarse al sector apícola con 300 colmenas. Y así nació también `Miel Valle de Prada´ elaborada sin adulterar respetando el manejo tradicional adquirido de generación en generación.
A pesar de no tener tradición familiar en la apicultura, Cristina se inició en el gremio tras casarse hace 21 años. En casa de José había 4 o 5 colmenas para autoabastecerse. “Mi marido a los 7 años ya cuidaba de las colmenas de truébano de su abuelo, que luego heredó su padre. Vigilaba si caían enjambres. A los 17 años, José Manuel, ya llevaba solo las colmenas de la familia”.
Y cuenta. “La primera vez que fui a las abejas la verdad que no sentí nada especial” pero reconoce que despertó cierto interés y “ver la evolución de su trabajo, ver cómo funciona engancha”. Cristina y José están presentes en todo el proceso de la miel. Desde que se produce hasta que se envasa y posteriormente se comercializa. “Hay años y años. Tuvimos campañas de producir 7.800 kilos y otras de hasta 10.000”. Todo depende de la climatología.
Los apiarios se hallan distribuidos entre los concejos de Allande y Cangas del Narcea, y producen dos tipos de néctar: montaña, donde predomina el brezo, y de bosque que se consigue mayoritariamente en la zona canguesa. Toda ella amparada por la Identificación Geográfica Protegida -IGP- Miel de Asturias, además de por el sello de calidad Alimentos del Paraíso. Los considero “dos sellos que le dan calidad y prestigio a la miel”. Además, cuando “dices Alimentos del Paraíso, lo identificas inmediatamente con Asturias. Es el sello de calidad por excelencia”, determina.