Del individualismo social al suicidio. Cangas lidera esta indeseada lista
Julio Bobes García (Oviedo, 1952) se ha jubilado como jefe del Servicio de Psiquiatría del HUCA hace unos seis meses, tras una dilatada carrera que le ha llevado a ser Catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo desde 1999 y miembro de la Academia Asturiana de Medicina.
Asegura Bobes que “hemos progresado en hedonismo y sólo admitimos lo satisfactorio, lo demás no lo queremos oír. No queremos saber nada de contrariedades e insuficiencias. Cada vez exigimos más en nuestra cuenta de resultados y si los resultados no son buenos, no los admitimos. Y agrega:
La gente confía en el sistema público de salud pero duda de que la asistencia para todos pueda ser real. Antes, no daban muestras de desconfianza, pero ahora, tras la pandemia, sí; si llaman y no les contestan se ponen muy nerviosos y se alteran. Y dice el catedrático. “y no es por la pandemia, esto ya ocurría antes.
Y apunta certeramente al señalar que sí, que el sistema público ha sido sobrepasado, se ha saturado. Pero, precisa Hay un embudo y no tenemos las cosas bien proporcionadas. No todo lo que llega son problemas graves y muy graves, Lo que sí hay es una perspectiva muy egocéntrica en la que sólo importa lo mío, el resto no nos preocupa.
En cuanto al suicidio en cuyo número Cangas del Narcea se halla situada a la cabeza explica que, según los datos de la Organización Mundial de la Salud, hemos pasado de ser un país con tasas bajas (6 por cada 100.000 habitantes) a tasas medias (12 por cada 100.000 habitantes). Y ello tiene una explicación poblacional, agrega, “los jóvenes y sanos se han ido a Madrid y eso hace que las tasas en Asturias sean altas. Asturias es un observatorio perfecto para enfermedades graves porque los jóvenes se van y los enfermos se quedan. Podemos hacer seguimientos epidemiológicos muy buenos porque los enfermos siguen aquí. El caso más llamativo es Cangas de Narcea, con la tasa de suicidios más alta y una tasa de psicosis importante que lleva veinte años mal calculada.
La tasa de suicidios media superó en el año 2020 los 25, cuando la tasa media de España no llega a los ocho suicidios por 100.000 habitantes (7,7), según datos del INE Los expertos tienen algunas hipótesis para explicar por qué determinadas áreas presentan más riesgo de suicidio, aunque lo primero que advierten es que “conviene no estigmatizar las zonas, dada la complejidad del fenómeno”. “Cada área se caracteriza por cosas diferentes, pero probablemente compartan problemas como crisis económica, despoblación, desempleo y falta de oportunidades para los jóvenes, junto al problema de la soledad no elegida de las personas de edad más avanzada”, añade.
Bobes, concreta esta misma idea diciendo que, en determinadas zonas de Asturias, como ocurre en la de Cangas se cruzan factores genéticos y de envejecimiento con el efecto de la emigración, de raíz socieconómica. Bobes, investigador del problema del suicidio de prestigio internacional, señala que “las poblaciones envejecidas tienen gran porcentaje de enfermedades mentales. Pero además, y por decirlo de un modo gráfico, se han marchado los más jóvenes y competentes a Madrid, Barcelona o Bilbao y entre los que se han quedado, hay una alta tasa de enfermedades mentales graves. Esto sucede desde hace más de una década. Y ese tipo de enfermedades explica buena parte de los suicidios”, concluye.
Pues tomemos nota y obremos en consecuencia tanto cada uno de nosotros como los responsables públicos