El asturiano Belén de Zardaín en Tineo
Hace ya muchos años, cuando se empezó a hablar del Belén de Zardaín, me trasladé a dicha localidad para hacer un reportaje sobre el mismo para la Voz de Asturias, periódico del que entonces era corresponsal. Aún guardo buenos recuerdos de aquel encuentro y de la impresión que me produjo el encontrarme con aquel Belén en un pueblo tan apartado y en una zona (como todo el suroccidente) que no gozaba precisamente de una gran tradición belenística.
Desde 1988, los vecinos de esta localidad situada a pocos kilómetros de Navelgas, y a unos 28 de la capital del concejo, dedican los primeros días de diciembre a instalar su popular belén en un local próximo a la iglesia parroquial. ¿Lo especial de esta recreación navideña?: El dinamismo de casi todas sus figuras.
Los días y las noches se suceden y las estrellas y cometas recorren el firmamento. Otras noches estalla la tormenta y truenos y relámpagos iluminan esta peculiar recreación de la que los vecinos se sienten más que orgullosos. Con las aportaciones que realizan los habitantes de la localidad, cada año se van incorporando novedades y aumentando la superficie de este Belén que representa en parte un pueblo asturiano con su paisaje típico, sus oficios tradicionales, y su vida. Como contrapunto, allá al fondo, aparece el desierto por el que caminan los Reyes Magos.
Esta iniciativa navideña surgió, como hemos señalado, en 1.988 en la propia iglesia y poco a poco se fue ampliando con unas y otras figuras entre las que destacan las típicamente asturianas: el labrador arando, el ferreiro, los panaderos, la castañera, el mercado, las granjas… además del río con agua corriente, fuentes y edificios de piedra y madera. No faltan las figuras en movimiento, el humo en las chimeneas o la niebla.
Poco podía pensar Lulo Juana que en 1.988 regaló la primera casa de madera que se iba a llegar hasta aquí, eso sí con el esfuerzo y la ilusión de muchas personas,
El domingo día 18, Zardaín abría de nuevo las puertas de su antiguo teleclub para volver a enseñar su conocido belén, después de que, a causa de la pandemia, hayan pasado dos navidades sin poder disfrutar de un nacimiento ambientado acertadamente en un pueblo asturiano y que se caracteriza por contar con un centenar de figuras en movimiento.
“Recibimos muchas llamadas, así que nos dio pena dejarlo y es una pena perderlo para un pueblo como éste”, explica Javier Menéndez, que es el encargado de dar vida a las figuras. Una tarea más trabajosa en esta edición, porque tuvo que reparar muchos de los mecanismos estropeados al estar parados tanto tiempo. Eso no impidió que pudiera incorporar alguna figura nueva.
Yolanda, Javier y Tomás, hicieron un llamamiento a los vecinos y consiguieron muchos voluntarios.
Enhorabuena a Zardaín y a sus gentes