El Arbolón de…Castelserás

No hace muchas fechas les traía hasta estas páginas un “Acercamiento a la historia del Arbolón”. Pues hoy vuelvo sobre el tema, pero desde otro ángulo. Y es que hay veces que el destino, caprichoso, te depara una sorpresa en cualquier esquinita del mando a distancia de la televisión.

Como quiera que uno es curioso, cacharreaba yo por las propuestas que en Madrid ofrece la televisión en abierto a cualquier usuario, oferta larguísima por otra parte, cuando unas imágenes me hacen pegar un salto

-¡Coime, el Arbolón!, me dije al ver pasar a toda velocidad a un grupo de mozos en hilera con un gran árbol al hombro. Hube de dar atrás al artilugio para volver al canal que, en mi impulso sobre el botón, ya había pasado. ““`”El Toro´” se llama la tal cadena.

Efectivamente. Los mozos portan un gran árbol que desde algún lugar ha arrastrado un tractor hasta otro más asequible. Me fijo y me doy cuenta que no es Cangas, aunque en una primera impresión pudiera parecerlo. Saco rápido el móvil e intento hacer alguna foto que me sirva de referencia. Aquí se las dejo

Averiguo que la acción se desarrolla en un pueblo llamado Castelserás, un municipio turolense de la comarca del Bajo Aragón y que tiene una población de unos 800 habitantes

Sus fiestas mayores tienen lugar el 19, 20 y 21 de enero, en honor de San Sebastián y San Antón. Y es en ellas, concretamente en la tarde que precede al día de San Sebastián, el 19 de enero, es cuando se plantan sendos álamos en la plaza del Puente y en la de España. En el reportaje televisivo solo se contempla el trasporte y plantación de un chopo que, en este caso concreto, señalan, mide unos 24 metros.

Los momentos, salvo el del tractor, se repiten al igual que en Cangas: el traslado a hombros, la preparación a hachazos para clavarlo, el izado con sogas y forquetos, los gritos….. hasta que queda clavado entre aplausos

Y a partir de aquí las diferencias. Cumpliendo un ritual, llegada la media noche, encienden las ramas y leña que han apilado junto a la base del árbol. Cuando el fuego sube, un hombre inicia una peculiar danza alrededor de la hoguera llamada “El Rodat”. El reportaje citado señalaba que solo existe este hombre, ya muy mayor, que sepa y esté dispuesto a ejecutar esta danza.