La Verdad, las verdades, y sus contradicciones
¡La verdad es la verdad y punto pelota!, dice Xuan con rotundidad. Y así, con más o menos altibajos, ha venido siendo a lo largo de la Historia. Hasta ahora. Ahora, por mor de unos y otros, y quizás también, y entrando en una profunda contradicción, porque estamos en la sociedad mejor informada de la Historia, la idea de verdad ha saltado por los aires.
Pero veamos que se entiende por verdad. Según el diccionario de la RAE es “Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas se forma la mente” A mí me gusta más la que aprendí de joven en mis inicios de aquellos estudios que entonces se conocían como Filosofía y Letras que en su definición latina signaba: “Verdad”. Adecuatio rationis ad rei. La coincidencia entre la razón y los hechos, las coas. Lo que ocurre es que ha esta palabra le ha ocurrido un tanto lo que al el concepto de “malo” o “bueno”. Es evidente que cosas que allá en el siglo XII o en el XV era buenas -o malas- ahora pueden ser malas o viceversa.
Pero la verdad era así en la realidad y su adecuación en cada época. Cuando esto no ocurría así se llamaba mentira. Y todos lo sabían. Hasta los propios mentirosos conocían perfectamente la diferencia entre ambos conceptos.
En estos nuestros día todo ha saltado por los aires. Ahora el concepto verdad lo mismo sirve para un roto que para un descosido, para definir un hecho incontrovertible o una monumental y evidente trola.
Quizá por ello, los usuarios del lenguaje políticamente correcto se han visto en la necesidad de agregarle al vocablo definitorio adjetivos calificativos como: verdad oficial, verdad periodística, verdad aceptada, verdad judicial, porstverdad…
Y es más, la palabra ha sufrido la curiosa metamorfosis de convertirse en sinónimo de otros términos que de siempre venían significando lo contrario, tal es el caso de su sustitución por “relato” o “versión”, palabras que hasta hace bien poco se asociaban a “mentira”, Otra de su peculiaridades en nuestros días es que ha dejado de ser un término objetivo para pasar a ser totalmente subjetivo, personal opinable… y dado que según los gurús de la corrección política y democrática todas la opiniones, por muy estrafalarias y absurdas que sean, son respetables, lo es pues también cada verdad. Cualquier persona, puede tener la suya o incluso varias y en su misma contradicción hasta el caso de que “verdad” y “opinión” han venido a convertirse en términos sinónimos.
Y vamos a la conclusión: cuanto más se banaliza la verdad, cuanto más se intenta monopolizarla, más se fortalece la mentira.
Ustedes mismo.