¿Quién me compra un lio? Aumenta el paro juvenil mientras suben las ofertas de empleo

¿Quién me compra un lio? Aumenta el paro juvenil mientras suben las ofertas de empleo

Algo no funciona, algo estamos haciendo mal o, lo que es más grave, pasamos de todo, y vamos cada uno a lo nuestro. Esta individualización, este cerrar los ojos a la realidad, puede llevar a la desintegración de todo un sistema de vida, de toda una sociedad.

Para los jóvenes, según la realidad demuestra, el encontrar trabajo es un reto duro y en muchísimo casos, irresoluble. Tanto es así que la tasa de paro entre los menores de 25 años se acerca al 30%, cifra más que alarmante, la más alta de Europa. Pero ahora surge el contrasentido, la otra cara de una situación que así, a bote pronto, no se comprende, aunque yo creo que a boto largo, tampoco.

No se encuentran especialistas en la construcción, en la hostelería o en la logística

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, aseguraba hace tan solo unos días que  son  más de cien mil, nada menos que cien mil, las vacantes laborales totales en puestos relacionados con las ciencias, las matemáticas, la tecnología y las ingenierías. Pero no es solo es ésto, que ya es grave de por sí. Es que también desde Cepyme (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa) se advierte que no solo son los puestos tecnológicos los que no se cubren, sino que  tampoco se encuentran especialista en la construcción, en la hostelería o en la logística. Hace pocas fechas, en un reportaje al respecto en una de las cadenas de televisión, propietarios de talleres mecánicos de Madrid y otras capitales de provincia, denunciaban la imposibilidad de encontrar mecánicos, y en algunos de ellos tenía ofertadas de hasta doce plazas. Todos se inclinaban por recuperar la figura del aprendiz.

No preparamos a nuestros jóvenes para los puestos de trabajo que el mercado laboral demanda.

Coligo que todo esto solo puede tener un significado: el desajunte entre las educaciones media y superior y el de éstas con el mercado laboral. O como se señala desde muchos sectores tanto educativos como laborales: no preparamos a nuestros jóvenes para los puestos de trabajo que el mercado laboral demanda. Y no vale el criticar y criticar, ni el culpar al gobierno y a lo mala que son nuestras escuelas, institutos profesores y universidades, y lo explotadores que son los empresarios; y ello porque amén de no ser verdad no sirve absolutamente para nada. Las administraciones, la comunidad educativa en todo su amplio abanico, los gobiernos, las empresas grandes y pequeñas, la sociedad en general deben ponerse de acuerdo para buscar nuevos horizontes y salidas válidas y reales a esta grave e incompresible situación. Sin olvidar una apuesta decidida por la FP y por el sistema de formación dual y el dar una formación a los estudiantes que les ayude a encontrar su puesto de trabajo e informales verazmente, no como ahora estamos haciendo, de lo que van a encontrar cuándo acaben sus estudios.

¡Ah! Y no se crean que esta situación se da tan solo a nivel nacional. Ni mucho menos, existe a nivel regional, comarcal, en los pueblos extremeños y en estos nuestros concejos del Suroccidente.

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R. Mera