RAMOS.- Más vehículos y paisanos que reses
Que algo raro ocurría era evidente. Había más tráfico de lo normal y mucho más del que correspondía a una mañana de sábado, generalmente con menos intensidad que un día laborable Y lo hacían prácticamente todos e la misma dirección, camino de las instalaciones ganaderas de La Himera, según unos, y La Imera, según otros.
Y es que en esa mañana se desarrollaban la Feria de Ramos que recupera su tradicional formato tras las suspensiones debidas a la pandemia. También a pie también hacia allí se dirigían algunos paisanos, Recta del Pontón adelante, confundiéndose con los paseantes habituales que, como también es norma, disminuyen en fin de semana.
Lo que primero que llama la atención es la gran cantidad de vehículos. Completo el aparcamiento y los espacios interiores, así como venía a destacar una larga fila a la derecha de la carretera a su paso por el lugar.
Algunos puestos ofrecían útiles para el campo y utensilios complementarios para el ganado. Otros lo hacían con plantones y semillas con que iniciar el trabajo en los huertos. Había hasta un puesto de pan.
En el interior casi todos, reses y paisanos, se apretaban en el primer tramo del recinto. Como ocurría con los coches era mayor el número de estos, y aquellos, los paisanos y los coches, que el de reses. Apenas unas cien reses de bobino y algunas de porcino.
Flojo el mercado y los precios, al decir de unos, y muy cara las propuestas de venta para los otros. Como también es tradicional “cada uno cuenta la feria según le va en ella”.