Cangas: Acercamiento imaginado a un futuro no muy lejano (III)
Vacas vigiladas por dron
Capítulo I: La situación
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Capítulo II: La trasformación /https://www.deaceboyjara.com/2022/03/24/cangas-acercamiento-imaginado-a-un-futuro-no-muy-lejano-ii/
La realidad del momento
Desde su despacho vio como un gran número de turistas subían a un autocar. Era un grupo de mayores de Gijón que había venido a conocer la explotación y seguían viaje hacia Rengos y Gedrez para descubrir los restos delas explotaciones mineras de antracita que enriquecieron la comarca allá por los años setenta del pasado siglo.
¡Qué de aventuras había oído a sus abuelos de aquellos años! Cangas era una continua fiesta, señalaban. Había peluquerías que no cerraban hasta la madrugada y los bares estaban prácticamente abiertos a todas horas. Corría el dinero y se gastaba sin orden ni concierto. Había trabajo de sobra y el periodista Luis José Ávila llegó a bautizar a este concejo como “El Dorado asturiano”.
Se acercaban las dos de la tarde. La mañana había discurrido tranquila dentro de las rutinas de un trabajo bien planificado y desarrollado. Como cada día, Santiago y él bajarían a comer a Cangas, justo cuando subiesen los trabajadores que lo había hecho en un primer turno. Tan solo había dos restaurantes por lo que, comiesen en uno u otro siempre se juntaban con oros ganaderos de la comarca que desarrollaban las mismas rutinas que ellos. Ninguno vivía en el concejo
La tarde se fue deslizando plácida. Cerraron y valoraron las actividades del día mientras programaban las del siguiente. A eso de las seis, cuando ya las sombras bajaban rápidas monte abajo, emprendió el viaje de regreso.
Más o menos una hora después, ya duchado y aseado, se sentaba en su sillón favorito, echaba un vistazo a los periódicos dispuesto a esperar la hora de la cena. Poco le duraría la placidez, sus dos hijos se lanzaron sobre el sillón pidiéndole a gritos una partida a la play.
Mediaba enero del año 2100