Carreteras: “Izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, atrás; un, dos tres”
“El gobierno central no asumirá la continuación de la autovía La Espina. Ponferrada. Es un camelo”
“Habrá doce millones de euros más para la finalización de las obras de la segunda calzada de la autovía de Oviedo a La Espina”. Así lo señaló el pasado miércoles. Alejandro Calvo, consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial.
En este pleno se debatió de nuevo el controvertido estado de las carreteras del Suroccidente
Calvo insistió en que “la prioridad es acabar la segunda calzada” de esa vía, algo para lo que, explicó, “se autorizó hace quince días un modificado que permite incorporar doce millones de euros más” de cara a su finalización.
“Quizás se me puede acusar de ser demasiado prudente, pero no he comprometido que la continuidad de La Espina a Ponferrada iba a desarrollarse a través de una autovía, que eso fuera un compromiso. La prioridad es clara: acabar las obras de la segunda calzada”,
Calvo explicó que, a más largo plazo, se está “planificando” a nivel estatal para que esa autovía llegue hasta Ponferrada. Y aclaró: “A partir de ahí, cuando la segunda calzada esté acabada, hay que trabajar para que la planificación estatal a partir de 2030 contemple la continuidad a Ponferrada”, señaló. Pues, cuan largo me lo fiáis, agrego yo.
Con estas explicaciones el consejero respondía a la pregunta del diputado regional de Foro Asturias, Adrián Pumares, sobre las vías de comunicación del Suroccidente. Pumares acusó al Gobierno regional de “vender un camelo” y tratar de convencer a los asturianos en general y del Suroccidente en particular de que “el Gobierno de España va a asumir la continuación de la autovía A-63 desde La Espina a Ponferrada”. Es algo que, aseguró, desmienten desde el propio Ministerio de Transportes. Y lo aclara: “Nuestro diputado nacional Isidro Martínez Oblanca le preguntó a la ministra Raquel Sánchez por la continuidad de la autovía y ni le respondió. Además, daba por resuelto el problema del argayo de Casazorrina, no sé si es que lo piensan dejar ahí”, señaló. Pumares pidió a los gobiernos central y autonómico “que dejen este juego”.
Calvo afirmó en su respuesta que la autovía de La Espina se paralizó “por la gran crisis” y que fue la llegada del PSOE al Gobierno central lo que hizo que se retomara. En cuanto a los problemas que están retrasando su construcción, insistió en que desde el Gobierno de Asturias nunca ocultaron su “disconformidad respecto de los plazos y los ritmos de trabajo en el caso del puente de La Barrosa, como lo hicimos con el gran argayo de Casazorrina”. Fueron quejas para que en Madrid se dieran cuenta de “la importancia y el perjuicio que generaba para la zona tuvieron su efecto”. También pidió a Pumares que no utilice “un problema técnico para aprovechar el descontento de la gente”.
Según el consejero, estos debates vienen a favorecer, en determinada ocasiones, “el oportunismo político”. Y sentenció: “Acabamos debatiendo aquí cuestiones que tienen que ver con lo técnico, y terminamos desde la política defendiendo las cuestiones técnicas, en lugar de ayudarnos en lo técnico para resolver problemas y facilitar la vida a los ciudadanos”, dijo.
El Principado, por otra parte, asegura no conformarse con los planteamiento y la situación actual al respecto y, así lo precisaba el consejero”: “Pude trasladar al más alto nivel en el ministerio y a la Secretaría de Estado las dificultades en la solución de este problema, solicitando una reprogramación de las tareas y que se pongan sobre la mesa todos los recursos disponibles para agilizar las obras. Ese es el compromiso que podemos asumir, el que pedimos y compartimos con la ciudadanía”
Para Pumares, realmente no existe “un problema”, la realidad plantea que la situación es la suma de muchos y de inversiones insuficientes para la autovía durante años, bajo gobiernos del PP y del PSOE”, aclaró Pumares. Sobre la prolongación de la A-63 La Espina-Ponferrada, el consejero fue tajante. “No prometemos autovías. A partir del segundo carril, hay que trabajar para que la planificación estatal, a partir del 2030, avance en el recorrido hacia La Espina».
Frente a quienes afirman que la mejora de las infraestructuras es cuestión de “voluntad política”, el consejero pidió “rigor”. Y agregó: “Sé que es muy tentador, pero no utilicemos este problema, que tiene dificultades técnicas sobre las que la política a veces no puede actuar, para aprovechar el descontento de la ciudadanía!.