Siete vecinos del Suroccidente, víctimas del Holocausto, tendrán su recuerdo en piedra
Memoria Democrática y el grupo Deportados Asturias promueven una iniciativa en los 49 concejos en los que ya se ha situado el origen de los asturianos enviados a campos de concentración del nazismo.
“Una persona solo es olvidada cuando su nombre es olvidado”, esta cita del Talmud judío es mencionada a menudo por el artista alemán Günter Demming para justificar el proyecto que puso en marcha en los años 90 para que los nombres de las víctimas del horror nazi no cayeran nunca en olvido.
La iniciativa consiste en que cada víctima tenga dedicada una `Stolperstein´, es decir, una piedra con la que se tropieza en el camino, que en este caso hace tropezar con la memoria histórica y con el reconocimiento que lleva implícito.
La piedra es un adoquín de cemento de 10×10 con una de sus caras cubierta por una fina lámina de latón en la que se graban a mano los datos de la víctima: nombre, fecha de nacimiento, datos de la deportación y fecha de fallecimiento.
Desde que surgió esta iniciativa se ha colocado casi 80.000 adoquines en recuerdo de las víctimas del nazismo en unas 2.000 ciudades de más de una veintena de países europeos incluidas las localidades españolas.
De los 9.100 españoles deportados a campos de concentración y exterminio nazi, donde fallecieron casi 4.500, al menos 200 eran asturianos, con origen localizado en 49 concejos. Entre ellos, 7 del Suroccidente: 2 de Allande, 3 de Cangas del Narcea y 2 de Tineo