Murió Tito, sacerdote que fue de Cangas
El sacerdote Eustasio Sánchez Fonseca, más conocido como ‘Tito’, falleció el pasado día 29 en Valdesoto a los 63 años, según informaron fuentes del arzobispado. Tito estaba adscrito a la Unidad Pastoral de Pola de Siero donde llevaba desde el año 2018 tras ser ordenado como cura el 15 de mayo de 1988.
Empezó siendo diácono adscrito a San Nicolás del Coto (Gijón) para después pasar por Cangas del Narcea, Candamo y Valdesoto, ocupando así diversos puestos hasta que hace cuatro años pasó a Pola de Siero.
Su paso de Cangas fue muy significativo siendo especialmente recordado por la juventud de la zona a la que supo llegar especialmente.
Su entrega hacia los desfavorecidos y lo «ameno» de sus misas han hecho de él un cura para el recuerdo.
“Siempre ayudaba a todo el mundo”, aseguraba su hermana Manoli, todavía consternada por la pérdida. “Ha sido un susto muy grande”. Según explicaron sus allegados, Sánchez llevaba varios días encontrándose indispuesto, lo que ninguno esperaba era que su malestar pudiera desembocar en un infarto fatal. El Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, presidió el funeral a la una del mediodía de ayer,jueves, en su Pola de Siero natal.
“Generoso” y “espléndido” a la hora de dar a los demás, sus otras dos hermanas, Carmen y María José, sonreían levemente a pesar del dolor al hablar de cómo para su hermano “todo estaba bien” cada vez que le preguntaban y destacaron cómo en sus labores eclesiásticas eludía el protagonismo y la ostentación.
Tito no estuvo toda su vida consagrado a la religión e incluso trabajó montando muebles, pero sí se mostró desde temprana edad ligado a la Iglesia, en la que encontró refugio. Nacido en el seno de una una familia entrañable y numerosa, tuvo “una infancia felicísima llena de cariño”. Fue además, “un niño de los de catecismo hasta los quince años”.
Apasionado del canto y la guitarra, las hermanas Sánchez Fonseca enumeraban con cariño su paso por el Ochote Comadres o el coro de la Sociedad Siero Musical, incluso por un equipo de balonmano de éxito.
Ya en los años 70, a pesar de las dificultades de la vida, decidió ir al seminario. Lo que “no fue una decisión sencilla” .Comenzó como diácono adscrito a San Nicolás del Coto (Gijón) para después pasar por Cangas del Narcea, Caso y Candamo, donde desempeñó su labor como sacerdote.