La foto y su pie: Al son de la gaita
Arias cambió por un momento su gorra de guardia municipal por la boina, se echó la gaita al hombro y se puso a darle aire con entusiasmo. Aunque para entusiasmo el mostrado por Don Herminio, cura del Acebo que, sentado enfrente, no sabemos muy bien si anima o canta al son del instrumento. Cada lector que opte por una de las opciones.
Todo apunta a que la parroquia, seguro que con tiempo semiinvernal, sino invernal del todo, ha buscado refugio en una artesanal carpa bajo un cobertizo de uralita, lo cual no les resta entrega alguna al momento. Momento que ha de ser y ya el de la sobremesa por cuanto no se advierte la presencia alguna de platos e incluso hasta las botellas muestran tan solo aire en su interior. Fíjense en el fuelle de la gaita. Como decía aquel: “rural, tatamente rural”
Ya saben: otros tiempos, otras gentes