Quieren que perdamos las facultades de pensar, discernir y decidir
Creo que fue el director de cine Michael Moore quien pronuncio esta rotunda frase. “Si vuelves a la gente estúpida, votarán a un estúpido”.
Crítico feroz, incluso de sí mismo, cada uno de sus documentales era considerado por la izquierda norteamericana poco menos que una brújula moral. Enemigo acérrimo de Trump ya en sus primeras elecciones, no importó ello para que cargase contra los demócratas, Obama incluido, asegurando que Trump “no ha caído de cielo, nosotros lo creamos, somos el doctor Frankenstein de este monstruo”, para seguidamente añadir: “Todos somos responsables por haber permitido durante años que sucedieran muchas cosas sin atajarlas”. Y asegura una y otra vez que nunca debemos de dar la existencia de la democracia por sentada.
Y aunque esta situación es americana, es también perfectamente adaptable a nuestra nación y a nuestra situación. Aquí también somos todos responsables de lo que ocurre por haberlo permitido durante años y seguir aun permitiéndolo. Y abarca ello no solo el campo de la política, sino el de la economía, la educación, la enseñanza o la sanidad. Todos protestamos y criticamos con fuerza, incluso con ensañamiento, pero ahí se queda todo. Esperamos, sentados o tumbados en nuestra comodidad, que alguien venga a resolver nuestros problemas. Hemos llegado a la falaz conclusión de que las cosas o se resuelve por sí solas o alguien nos la resolverá. De alguna forma casi estamos convencidos de que todo es eterno en nuestro vivir: la democracia, el Estado del bienestar, los medicamentos, las pensiones, la sanidad, la enseñanza, las ayudas y las subvenciones a las que somos tan dados. Todo.
Me viene a la memoria una “píldora” que publiqué en mi perfil de Facebook no ha mucho tiempo y que aquí viene a cuento. Ésta:
Tras oír un informativo, una vecina se dirige a Xuan y exclama:
-¿Pero que habremos hecho, Señor, para merecer estos políticos que tenemos?
Y Xuan contestó con calma y sosiego:
-Coño, Pili, votarlos, home; votarlos.
Esa es nuestra responsabilidad. No es nada extraño escuchar aún expresiones convencidas de personas, incluso jóvenes, que afirman con la mayor naturalidad.
-En mi casa se ha votado siempre al PSOE, da igual quien se presente
-Pues en la mía, responde el otro, siempre a algún partido de derechas y también nos da igual quien encabece la lista.
¿Por qué protestamos después entonces? Decidimos cual si de equipos de fútbol se tratase y a los que perdonamos toda clase de barrabasadas
De alguna forma, los sistemas, las Redes, los voceros, los falsos profetas, los acomodaticios y vacuos sistemas educativos, entre otras muchas y interesadas vicisitudes y sermones salvíficos que adoptamos como si de religiones salvadoras se tratase, a la vez que abominamos de las que han servido de asentamiento y guía de nuestra civilización; todo ello ha venido a adormecer nuestro pensamiento, nuestra conciencia y nuestro espíritu crítico. La globalización en el hacer y en el sentir nos está llevando al pensamiento único y guiado mientras desde el poder se nos adormece la conciencia y obnubila el pensamiento con falsas promesas de furos dorados y jaujas económicas mientras recortan nuestras libertades comenzando con las más preciadas y que en muchos casos, lamentablemente, vienen a ser la menos valoradas: la del pensamiento, el discernimiento y la libertad de decidir
Aplíquese cada cual el cuento.