CANGAS DEL NARCEA.- Adiós a Pilar del Sotero
A medio camino entre el Arbolón y la Descarga se nos ha ido Pilar, Pilar la del Sotero, ese entrañable bar situado a la entrada del puente de Ambasaguas, según caminas hacia la ermita, testigo de múltiples aconteceres festivos y jornada de reuniones y folixas de muchas generaciones de cangueses. Más de cien años de vida
-A ver nenos explicaivos
Así, y secándose apresurada las manos en el mandil, recibía Pilar a los clientes que se acercaban a la barra a liquidar su cuenta o bien a requerirla.
Estoy convencido que las personas humildes, esas a las que todos conocemos, pero a las que no damos especial importancia en el trascurrir de la historia de cada pueblo o cada tradicional festividad, son las más importantes. Sin ellas posiblemente la tradición perdería fuelle y sentimientos. Ellas son capaces de unir en su persona de forma callada y sentida aconteceres del ayer y el hoy en un pequeño momento de vida: La llegada del Arbolón, los últimos minutos antes de acudir al puesto de tiro en la Descarga, la descarga de emociones y especiales abrazos de todo cuantos han participado en la misma, el primer día de Novenas…y tantos y tantos pequeños detalles que configuran también la historia de Cangas
-Saca el palo Pilar….. saca el palo…. saaaca´el palo
Así le cantaban los jóvenes cuando Pilar requería de ellos que era la hora de cerrar el día, o la noche, y el personal remoloneaba. Ella amenazaba con coger el palo y sacarlos de allí como fuese. Siempre quedó en amenaza, pero cuando cogía el palo y hacía el ademán de dirigirse a ellos, estallaban las risas, las amagadas carreras y los ¡Ay, ay, ay!
-Saca el palo Pilar….. saca el palo…. saaaca´el palo
-¡Angelín el vino p´aestos homes!
Y Angelín, diligente, cogía la garrafa y el cacho y repartía vino entre los porteadores del árbol y los acompañantes indistintamente
Y Pilar sonreía complacida.
Sean estas líneas nuestro cariñoso homenaje de despedida.