Tan solo fuimos veinte
Viernes. Ocho menos diez de la tarde. Entramos en el Toreno. Tan solo una pareja en la sala. Sensación de soledad.
A las ocho en punto comienza la proyección de “Canciones de una revolución” centrada en la revolución del 34 en Asturias. Han aumentado los espectadores, pero sigue habiendo sensación de vacío. Me dejo llevar por la narración del documental e intento vivir la época en todas sus circunstancias, incluso en las que obvia la proyección.
Resulta ilustrativa y nos acerca nuestra historia.
Al salir cuento: Los espectadores somos 20. No veo ni un solo joven. La calle Mayor bulle, las terrazas casi llenas, el ambiente cuasi de fiesta. Los grupos de jóvenes son numerosos.
Espero que tan solo sea el retrato de una noche, no de una actitud general