SUROCCIDENTE.- Agonía y muerte de la minería del carbón
La Marcha Minera “Por una transición justa y para todos” discurrió por las comarcas mineras de León y Asturias de la mano de la Plataforma Santa Bárbara para terminar en Oviedo
Unos 150 trabajadores del carbón reivindican una transición energética justa y ordenada que contemple una alternativa de futuro para los 800 mineros de contratas, subcontratas y empresas auxiliares que se quedan fuera del plan del carbón 2019-2027.
En algunos medios se define a esta marcha como “la última marcha minera”, algo que los protagonistas niegan pues mantienen que “es posible, si se trabaja en ello, la continuidad de las explotaciones”.
El futuro de la minería en Asturias y León agoniza. Sus funerales están y fijados para finales de año. No saldrá ya más carbón de los yacimientos del suroccidente asturiano, único lugar de la región donde sobreviven los últimos pozos de gestión privada. Carbonar, Uminsa y Astur Leonesa. Pero su su futuro se ve más oscuro aún que su propio carbón ya que las dos primeras están en concurso de acreedores y el pozo asturiano de la tercera se encuentra a la venta como último recurso para evitar la liquidación.
Las minas, ya fuesen públicas o privadas se han mantenido gracias a las subvenciones. Pero ya está señalado: el 31 de diciembre se terminan las ayudas al carbón autóctono según acuerdo la Comisión Europea en 2010. El reglamento europeo de subvenciones aprobado por Bruselas no dejaba lugar a dudas: las empresas beneficiarias deben cerrar en esa fecha o, de lo contrario, tienen que devolver las cuantías percibidas. El Gobierno central manifestó su intención de pedir a la Comisión Europea que permita flexibilizar el reintegro de estas cantidades. Pero las autoridades de Bruselas aún no se han pronunciado sobre el acuerdo alcanzado entre los sindicatos, el Gobierno y Carbunión, que incluye el tema de las ayudas. Y ya no sirve la referencia a las alemanas, están en la misma situación
Algunos empresarios y sindicatos se sienten perjudicados por la senda tomada por Europa hacia las energías limpias. Y la principal perjudicada es la Compañía Minera Astur Leonesa, propietaria del pozo Cerredo, en Degaña que a finales de septiembre, fue puesta en venta por el juzgado de lo Mercantil número 2 de Oviedo. A la espera de que esto pueda suceder (el plazo expira el 15 de enero), los 170 trabajadores podrán obtener bajas incentivadas, tal y como se recoge en los acuerdos del sector para el fin de las explotaciones. Mientras, un retén de 30 empleados se encarga de realizar labores de vigilancia y mantenimiento con el fin último de evitar que la mina se inunde, pues continúa sin suministro eléctrico. Con esta fórmula, al menos, los mineros podrán cobrar el paro, pues ya suman diez meses sin recibir el sueldo. No obstante, el comité de empresa advierte de que, si nadie compra la empresa, entonces habrá un ERE de extinción.
Por su parte, Unión Minera del Norte (Uminsa), con algo más de medio centenar de trabajadores entre los de plantilla y los de contratas, explota el pozo de Pilotuerto, en Tineo. La empresa, del Grupo Victorino Alonso, logró cerrar un acuerdo con Endesa para suministrar carbón autóctono a la central térmica de Compostilla, en El Bierzo, hasta final de 2018 pero Endesa ha anunciado su intención de cerrarla.
Respecto a Carbonar, también está en concurso de acreedores desde este año. En el pozo que posee en Vega de Rengos trabajan alrededor de medio centenar de personas, de las cuales cerca del 80% están afectadas por un ERE abierto a raíz de los incendios ocurridos a principios de año en la mina. Las labores de extinción se prolongaron durante más de un mes y la dirección de Carbonar prescindió entonces de los 120 trabajadores de las tres empresas auxiliares. En marzo se dio por extinguido el fuego, que volvería a reavivarse unos días más tarde lo que obligó a la minera a plantear un ERE que afectó a una treintena de trabajadores.
Esta es la dolorosa realidad del momento minero en el suroccidente astur
