CANGAS DEL NARCEA.- Nieve en octubre
Se adelantó cual galán impaciente y precipitado. Nos habían anunciado que no, que la nieve se quedaría por las cumbres más o menos cercanas a la villa. Pero el blanco elemento decidió que era ya el momento de saludar a los cangueses de la capital del concejo y hasta aquí que se acercó.
Lo hizo ya anoche, cuando la tarde había dejado atrás la claridad y las calles olvidaban la condición de sábado del día y se quedaban solas y tristes.
Nueve dela mañana. Nieva. Abro la ventana y una bocanada de aire frío termina de ahuyentar mi pereza mañanera. La calle Uría, en todo lo que diviso a izquierda y derecha desde mi ventana, se halla completamente vacía, tan solo definen sus líneas las filas de coches aparcados cubiertos de blanco. Enfrente dos mujeres tratan de avanzar por la acera manteniendo el equilibrio entre los cuerpos, los paraguas y la nieve acumulada. Resbalan y dan gritos cortitos y asustadizos. Decido no salir a pasear e inicio el recorrido del pasillo una y otra vez levantando las rodillas, pero sin exagerar. Hay que cumplir las prescripciones, sobre todo si uno piensa después tomar una cerveza. Cosas de la edad.
“Año de nieves, año de bienes”, dice el refrán. Ya, pero no la esperábamos tan pronto. No hace más de una semana aún paseábamos en manga corta y las terrazas estaban llenas. En la práctica hemos pasado del verano al invierno sin transición otoñal alguna.
La radio tartamudea y de corta. Tan solo se puede sintonizar Onda Cero a través de su emisora local. Ya anoche, la televisión se puso invernal. Pero como antaño. Comenzaron a apagarse emisoras y mediada la noche tan solo la TP mantenía el tipo repitiendo emisiones antiguas de “Cantadera”. Algo es algo.
Avanza el reloj hacia las diez de la mañana. Sigue nevando intensamente y caen falopos como trapos. Sigue sin pasar nadie por la calle. La nieve ha cubierto acera y calzada. El día invita a sofá y manta. No quiero ni pensar cual será la situación en los pueblos del concejo.
Y les recuerdo que aún estamos en octubre.