La foto y su pie.- La curiosidad del gato
Asoma el gato su curiosidad felina entre despojos de los que fueron lugares de ocio y descanso. Mira recelosos al objetivo y quizás se pregunte qué busca allí tal individuo. O quizás lo considera una invasión en toda regla de sus dominios gatunos. Unos dominios que comparte tan solo con las palomas y que configuran las ruinas de lo que fue Hotel Truyta y también Conde don Piniolo.
Despojos de un Cangas ido y olvidado, a la vera del Paseo, ante la mirada indiferente de los vecinos y la extraña de los foráneos.
En los muros, olvidados, los sueños en piedra de Gómez del Collado