La foto y su pie.- Rumia la Plaza sus olvidos
Ha quedado la plaza dormida en sus olvidos. Se apagan los bullicios veraniegos entre las hojas de los álamos mientras las mesas añoran vasos y botellas y las sillas los ruidos y vaivenes de la clientela. Rumia el conjunto lo pasado y tan pronto olvidado.
Permanecen las cosas y faltan las personas. Asoma el otoño por la carretera de Cañamero y marcha el verano por la de Logrosán. En el medio, la Plaza comienza a dormirse arrullada por el ligero sonar de las hojas movidas por la brisa. Faltan gritos y risas de niños. Ahora tan solo la cruzan de abajo arriba y de arriba abajo, unos muy poquitos niños cargados con sus carteras y silenciosos.
Dormitará el invierno para resurgir de nuevo esplendorosa con los primeros calores del próximo verano