La foto y su pie: Una playa “a la canguesa”
Aplasta el sol a la villa canguesa. Bajo de caudal, el Luiña baja lamiendo el Prao del Molín y delimitándolo. Avanza la tarde. Lo que no ha muchos años hubiese sido a esas horas un espacio vació y tórrido, se ha convertido, por el tesón y voluntad de unos pocos, en otro cuidado, verde, con agua, y con aire tropical. Contraste de contrastes en la globalización.
La vieja presa es mar “a la canguesa” y sus vecinos acuden a su vera a solazarse y refrescarse. Matriarca activa del proyecto, Mari, la del Italiano, sonríe satisfecha entre biquinis, bañadores y olor a hierba y a cremas.
Lo bien hecho, bien que luce