CANGAS DEL NARCEA.- Las pinturas de la iglesia de San Salvador, en Cibuyo, ya lucen ya con todo su esplendor.
Las pinturas de la iglesia de San Salvador, en Cibuyo, ya lucen ya con todo su esplendor. La gaita de Diana Rodríguez, anunciaba el acontecimiento y llamaba a los vecinos a acudir a la iglesia a celebrar la misa e inaugurar oficialmente las nuevas pinturas que, de alguna forma, salieron del olvido para volver a la actualidad en toda su calidad y colorido.
Se notaba la emoción y el orgullo entre los vecinos que mostraban complacidos la iglesia y sus pinturas a los visitantes.
En la bóveda del presbiterio de la iglesia San Salvador se escondían pinturas del siglo XVI que prácticamente no se veían y que, sin embargo, son uno de los grandes tesoros de este templo. Este conjunto pictórico-mural estaba oculto tras siete capas de cal. Pero no es la única joya pictórica que atesora los muros de esta iglesia del siglo XIII. Un pantocrátor podría permanecer oculto tras el retablo del siglo XVIII. Permanece allí tras la remodelación que sufrió la iglesia entre los siglos XVI y XVII. La Consejería de Cultura aportó 14.472,58 euros a esta intervención
Jesús Puras Higueras, restaurador que realizó las obras, explica que lo más complicado fue destapar los originales, que son “un conjunto pictórico mural de gran interés, con una carga iconográfica muy grande. Se trata de pinturas derivadas prácticamente del Apocalipsis. La temática es la salvación, en el lado izquierdo; la condena en el infierno, en el lado derecho, y arriba, en la bóveda, los elementos simbólicos que representan la divinidad: el sol y la luna. Suponemos que detrás del retablo del siglo XVIII, está oculta una porción de la pintura que es un pantocrátor”. Como complemento, sobre el retablo se efectuó una limpieza y muy difícil y por eso luce tanto” .
.El párroco, Juan José Blanco Salvador, aseguraba ante los feligreses que estas obras eran un aperitivo y la directora general de Patrimonio Cultural del Principado de Asturias, Otilia Requejo, valoraba el conjunto pictórico como “excepcional”.
Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, que acudió a la ceremonia, resaltó la importante labor del párroco y también de los vecinos de Cibuyo para que esta inauguración fuese posible. “Dice mucho de Juanjo su empeño. Es un cura grande. También dice mucho de los habitantes de este pueblo, los primeros en colaborar”.
Tras la misa, los vecinos recibían una breve explicación por parte del restaurador con el objetivo de mostrarles las labores llevadas a cabo, poner en valor las pinturas y ofrecerles el antes y el después de la obra.
Como tradicional es ya también en estos caso, los vecinos e invitado se sentaron a la mesa en una comida de fraternidad.