Mañana, domingo 29 de febrero, se celebra la FIESTA DE SANTISO. Estamos ofrecidos e iremos caminando para obtener la santisada
Mi compañero en las tareas informativas de La Maniega, José María G. Azcárate y yo vamos a ir. Y no se crean ustedes que vamos por ir por ver lo que hay, por probar el vino o degustar los bollos. Nada de eso. Vamos porque estamos ofrecidos. Tenemos fe en el obispo santo y por eso peregrinaremos hasta su capilla. A estas altura no vamos a pedir novia, y por el aquel de ser modernos, ni siquiera el divorcio. Salud, vamos a pedir salud. Haiga salud Este año nos han surgido eso que se llama achaques y que, dicen los que saben, traen aparejados los años. Y aunque yo tengo más que José María él quiso ir abriendo camino y comenzó antes con los dichosos achaques, tanto que incluso le enviaron a una puesta a punto en Oviedo. Flamencos que son los de La Veiga. Yo estoy ahora en pleno proceso y las cervicales han decidido, unilateralmente como el gobierno catalán, obligarme a echar carreras por el pasillo relatando las letanías de los santos, agarrándome el brazo derecho con el izquierdo y alzando un hombro y bajando el otro cual el Jorobado de Notre Dame mientras recito: San Pedro, San Pablo, San Andrés, San Juan, Santo Tomás, Santiago, San Felipe, San Bartolomé, San Mateo, San Simón, San Tadeo, San Matías, San Bernabé, San Lucas, San Marcos, San Felipe, San Simón,San Matías, San Bernabé, San Lucas, San Timoteo…
Es por todo ello por lo que hemos decidido peregrinar hasta Santa Tiso para rogar al santo cure nuestros males, se digne bajar el dedo en señal de aquiescencia y nos quede totalmente limpios de los males del cuerpo y del espíritu.
Y como peregrinos convencidos iremos andando. Sí, sí, andando. Primero pensamos en ir en coche hasta donde la pista inicia la bajada al barrio, pero después pensamos que para ser peregrinos con todo lo que ello conlleva haríamos andando todo el trayecto. Así pues saldremos del Bar Blanco, y tras una parada de avituallamiento en el Bar Santa Catalina, cumpliremos camino en la capilla. Joaquín Fernández, Hisve, será el encargado de firmarnos la compostelana, en este caso la santisada, acreditativa de haber realizado el camino. Y lo hará en su bodega mientras José María emite el preceptivo informe sobre la calidad de su caldo acusándole de traer uva de León como viene siendo tradicional ha ya unos cuantos años
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