NARCEA/BERZOCANA.- El Acebo y Guadalupe
(Foto: Guadalupe)
Han bajado notablemente las temperaturas. Orvalla y el polvo se ha asentado en los caminos. Silencio en las aldeas y en las desiertas calles de la villa canguesa. 17 grados. Silencio también en las de Berzocana. Luce el sol y apunta el calor. 26 grados. Las técnicas actuales te permiten estar y contar lo que sucede en varios lugares estando presente tan solo en uno.
Día de Extremadura, Día de Asturias. Pese a laicidad proclamada dos advocaciones de la Virgen como fondo dela festividad: La del Acebo y la de Guadalupe. La festividad religiosa copa las llamadas a los respectivos santuarios. Romeros de todo tipo suben al Acebo o caminan a Guadalupe. Los vehículos han sustituido a caballerías y andarines. No obstante aún son muchos los que caminan en cumplimiento de alguna promesa o simplemente por placer.
Se hacen esperara los del Acebo. La niebla siembra dudas. ¿Cómo estará arriba?. Sin continuidad, enfila la cuesta de la Avenida del Acebo algún que otro vehículo. Pasa algún joven impetuoso mochila al hombro y chubasquero. No se adredan las mujeres y con Loly a la cabeza emprenden la subida conparaguas y chubasquero
No pasan romeros por Berzocana. El camino se encuentra vacío. Si pasan algunos lo harán en vehículos y ni siquiera entrarán en el pueblo. Lo harán por la circunvalación. Creo que ha pasado algún caballista. Y el pedregal conocido como “El melonar de los frailes”, allá en plenas Villuercas, no será hoy hollado. Los muchachos de Berzocana no podrán ya tirar cáscaras de sandía a los peregrinos ni gritarles aquellos de “Barrenaos con el culo cagao que vais a Guadalupe a besar el culo a los frailes”
Son muchos los jinetes que se concentran en Cañamero para iniciar allí, unidos, el último tramo del camino. Proceden de las tierras altas de Badajoz, de la comarca de Trujillo, Zorita y de otros lugares. Lucen jinetes y caballerías.
Prima el camino y la visita al Monasterio en Guadalupe. Las meriendas y la música en el Acebo. Tradiciones, costumbres y ánimos de fiestas con algún toque religioso unen hoy ambos lugares: El Acebo y Guadalupe.