SUROCCIDENTE.- Sabor asturiano de calidad en Madrid
En el Mercado de Vallehermoso, uno de los pocos que mantiene su esencia de mercado de barrio, abrió esta primavera un establecimiento que concentra todo el sabor y la autenticidad de los productos asturianos, los de Cangas entre ellos. Con el respeto al medio natural como máxima se producen los alimentos de “Asturias Sostenible” que buscan llegar directamente a la mesa de los consumidores con la garantía de la proximidad y calidad
En el Mercado de Vallehermoso se pueden adquirir también mieles, sidra ecológica, elaborada con las variedades tradicionales de manzana, o “packs” para cocinar la auténtica fabada asturiana. Hay diferentes cortes de carnes de ternera ecológica criada en los valles y la montaña asturiana y lácteos como yogures naturales, con sabor a fresa o avellanas, y postres como arroz con leche.
Mención aparte merecen los tradicionales quesos asturianos a base de leche de vaca, cabra, oveja, mezcla o a la sidra, elaborados para conseguir variedades tan valoradas como Bedón Peñamellera, Gamonéu, Casín o Afuega el Pitu.
Bajo la Marca de Asturias Sostenible se reúnen una veintena de productores que comparten la misma filosofía: ofrecer productos tradicionales de calidad a precios razonables y apostar por la sostenibilidad del medio rural de la comunidad autónoma.
Son productos “artesanales y naturales que tienen detrás una familia, una historia”, explica a Efeagro Alberto Uría, un apicultor que hace seis años decidió regresar a su pueblo, en el concejo de Ibias, y dedicarse a este oficio. En estos momentos produce seis tipos diferentes de mieles: brezo primavera, miraflores, brezo otoño, del bosque (tilo y roble), de castaño y la del cortín de Villarmeirín, una edición limitada en la que se pueden detectar el toque ácido del castaño, el dulzor intenso del brezo, el toque afrutado del tilo y el acaramelado del roble.
Uría trabaja sólo con técnicas artesanales: sin alimentar a las abejas, ni calentar la miel, en una zona que, por su situación alejada de grandes carreteras o industriales, es un lugar ideal para esta producción.
El resultado, como ocurre cuando se trabaja en comunión con la naturaleza, siempre es variable según explica: uno de sus principales problemas es el oso, que ya ha destrozado algunas de sus colmenas llevándose por delante mucho trabajo. Aún así es totalmente respetuoso con dicha especie animal y, tal como insiste trabaja “en una zona donde también viven osos y entiendo que un animal no daña con afán de destruir, sino siguiendo su instinto más primario, el de su propia supervivencia”.
Un lujo para los madrileños en general y los asturianos allí residentes en particular