Ciento cincuenta años en Corias
Dominicos y exalumnos rememoran la llegada de la orden de predicadores al monasterio
El sábado, día 13, se celebraba en Cangas del Narcea el 150 aniversario de la llegada de la Orden de los Dominicos al Monasterio de Corias. Los actos se iniciaban en el monasterio a las 13`00 horas con una misa oficiada por el prior provincial de la orden, Javier Carballo, y continuaban con un concierto de órgano a cargo del dominico cangués Sixto Castro. Ya en la tarde tuvo lugar en el Teatro Toreno un acto institucional con la intervención de los dominicos Lázaro Sastre y Jesús Martín que disertaron sobre “La reestructuración de la provincia en Corias” y “La labor educativa dominicana en Corias”. También intervino el senador José Manuel Cuervo, en nombre de los alumnos, y Joaquín López, de la Asociación “Tous pa Tous”. El domingo, en Oviedo, en la iglesia de Santo Domingo, se celebró una eucaristía presidida por el arzobispo de Oviedo Jesús Sanz
Situado a 2 km. de la villa, el monasterio cauriense fue fundado en el año 1022 por los poderosos y hacendados condes Piniolo y Aldonza. Las obras de construcción del primer monasterio fueron terminadas en el año 1043 y al año siguiente se estableció en él una comunidad de benedictinos. A lo largo de su dilatada historia, el monasterio sufrió diversos incendios y reconstrucciones. El mayor de esos incendios tuvo lugar en 1763 del que tan sólo se salvó la iglesia y la sacristía.
Dejando aparte el siglo XVIII, que careció de originalidad y no supo sacar el suficiente provecho del siglo de las luces ni enfrentarse debidamente con él, el siglo XIX conoció la máxima postración de la Orden de Santo Domingo y de todas las otras Ordenes y Congregaciones Religiosas y se puede decir que de la Iglesia entera. La invasión francesa de 1808 supuso el saqueo, destrucción, robo de los conventos y expulsión y martirio de muchos de sus frailes. La restauración no pudo ser completa con la derrota napoleónica. Otra dura prueba supuso el trienio liberal, de 1820-1823, con el proyecto de disolución de las órdenes religiosas. La oposición liberal antieclesiástica llegó a su punto culminante en los años 1835-1837 con la supresión de las comunidades religiosas y la incautación de sus bienes. Los benedictinos abandonan Corias y a los dominicos solo les quedó el convento de Ocaña como noviciado para las provincias ultramarinas.
En 1860 se adquirió el convento de San Juan Bautista de Corias. La excusa ante el gobierno fue la necesidad de una casa más para las misiones, pero los dominicos la consideraban como el principio de la restauración de la Provincia dominicana de España.
El P. Antonio Orge, Comisario General de la Santa Sede para los dominicos de España, convocó a los que supervivían de los exclaustrados y que deseaban reanudar su vida religiosa. Aquel convento, antes abadía de benedictinos, comenzó a recibir novicios que serían el futuro de la Provincia Dominica de Asturias.
El convento de Corias pasó por varias etapas: Estudio General de la Orden hasta los años treinta del siglo XX en que pasó a Salamanca; Escuela Apostólica de la Provincia de España, que se trasladó en 1957 a la Virgen del Camino y a partir de esa fecha se convirtió en Instituto Laboral, gracias al cual estudiaron muchos cangueses y asturianos enseñanza media y profesional. Desde el cierre del Instituto Laboral en 1981, Corias quedó reducido a una pequeña comunidad de dominicos, cuyo fin en estas últimas décadas está siendo el atender algunas parroquias rurales del concejo de Cangas del Narcea.
Dentro de pocas fechas será Parador Nacional, aunque conservará su pequeña comunidad dominica.