CANGAS DEL NARCEA.- De Morzó a consejero delegado del grupo cárnico Los Norteños
Traigo hoy a esta página un resumen adaptado del reportaje publicado por La Nueva España el pasado 4 de octubre. Lo hago en la creencia de que estos casos de superación en el trabajo y el sacrificio deben de ser conocidos y valorados en toda su amplitud. Hoy, cuando los valores y sacrificios no están muy valorados, el ejemplo del cangués Constantino puede servir de referencia y guía a las nuevas generaciones. Esta es su historia
En Morzó, en la parroquia de Villategil, en el concejo de Cagas del Narcea, un niño de cinco años caminaba monte arriba con las vacas.
Aquel niño, Constantino González, tiene ahora 64 años y es consejero delegado del Grupo Norteños, un conglomerado de veintisiete empresas con sede en Madrid, con cerca de mil empleados, que exporta a muy diversos países de Europa, África y Asia e incluso es el responsable de la carne que llega a la mesa de la Casa Real.
Mas no todo le vino dado. Desde que dejó los caminos y trochas de Morzó, con nueve años, hasta hoy todo ha sido trabajo y más trabajo.
Se fue a vivir con unos tíos suyos a Madrid. Allí siguió con las vacas puesto que eran propietarios de una lechería con unas cien vacas. Durante los cinco años siguientes Constantino trabajó y trabajó, y repartió leche y más leche por casa y establecimientos aunque su natural inquietud le llevó a dedicar también tiempo a los estudios. A los catorce años su padre decidió que era el momento de volver a la aldea y de que fuese a Madrid un hermano suyo.
No paró mucho en Morzó y marchó pronto a Oviedo donde trabajó en La Mallorquina. Su inquietud le hizo hacer de nuevo las maletas y emprender camino a Mieres para desde allí saltar a Palma de Mallorca, a Montecarlo y otros lugares, siempre trabajando en relación con la hostelería en general y la carne en especial.
A los diecinueve años regresa a Madrid para cumplir el servicio militar. Tras el mismo comenzó a trabajar en una carnicería en el popular mercado de Antón Martín y allí comienza a rumiar la idea de fundar su propio negocio. Pese a los largos horarios y rondando ya los veinticinco años aún saca tiempo para vender carne en establecimientos hosteleros. Así logra ir ahorrando dinero. Quería ser independiente.
Junto a un primo suyo, también de Cangas, deciden abrir una carnicería en la calle Mártires Concepcionistas, cerca de Alcalá y de Manuel Becerra. Allí, en aquel pequeño local, se instauró el grupo de los que hoy son Los Norteños.
En 1.982, Constantino y dos primos suyos, Federico y Pedro, adquieren una sala de despiece en el mercado Fuente de la Teja y al año siguiente compran el matadero de Pozuelo de Alarcón que contaba con varias salas de despiece y fábrica de hamburguesas. La empresa iniciaba su despegue y expansión con fuerza y en toda la cadena del ciclo cárnico. Actualmente, el grupo cuenta con cinco mataderos situados en Madrid, Segovia, Talavera, Santander y Casablanca, en Marruecos. Tienen amplias extensiones de pastos y unos dos mil animales. Mantienen acuerdos de suministro con unos seiscientos ganaderos de Segovia, Ávila, Toledo, Extremadura, Teruel y Huesca e importa de países como Austria, Alemania, Francia Chequia, Eslovaquia o Polonia, exportando a Francia, Portugal, Holanda. Marruecos, Argelia y China. Cuentan con fábricas de piensos y envasado de productos cárnicos, instalaciones de despiece, centros frigoríficos, plantas de distribución y empresas de comercialización.
Desde su despacho de dirección en el Mercado Central de Carnes de Mercamadrid, Constantino aún recuerda las trochas de su Morzó natal y añora las praderías de sus montes en las que pastan vacas y terneros. Aún conserva la casa familiar a la que regresa de vez en cuando aunque lo hace más habitualmente a Lastres.