Ministración, ministración, ministración (que decía el paisano)
Fíjense en lo que voy a contarles. El concejo de Cangas está muy bien administrado. Creo que el de Tineo también. Y no me refiero a los políticos, no. Me refiero a quienes llevan el hacer diario de cada ayuntamiento, a sus trabajadores. Y lo de bien lo digo por su número no por su trabajo. Ellos no son responsables de lo ocurrido. Vamos a fijarnos en el ayuntamiento cangués:
En el año 2.006, la plantilla era de 124 trabajadores. Al año siguiente ya eran 146. En el 2.008 el personal subió a 162, para alcanzar los 181 en el 2.009. En el 2.010, la cifra alcanza los 191. En total 67 trabajadores más en cinco años. ¿Qué ocurrió en el mismo espacio de tiempo con la población?. Si. Justo lo que están ustedes pensando: en el 2.006 era de 15.437 y el 2.010 de 14.445. Casi mil menos. Justo 992 habitantes menos.
-¿Y cuánto cuesta esto al concejo?, cabila mi amigo Xuan desde Larna.
Se lo explico con los datos que el alcalde, José Luís Fontaniella, nos ha facilitado:
Redondeando cifras: En el año 2.006, el coste de la plantilla estaba establecido en 2.432.000 euros anuales. Al año siguiente alcanza los 2.052.000.En el 2.008 llega a los 2.907.000. En el 2.009 se coloca ya en 3.234.000 y en el 2.010 alcanza los 3.177.000 euros. En total 745.000 euros más en los cinco años citados. Cómo? Ah, que los mayores quieren saberlo en pesetas. Pues… otra vez redondeando…: casi 124 millones.
Según nos ha explicado el alcalde, del total del presupuesto municipal, prácticamente el 50% se destina a salarios y Seguridad Social y un 30% a la amortización de interese y abono de deuda. Queda pues un raquítico 20% para inversiones.
Y para rematar decirles que el ayuntamiento cangués, cunado escribimos esta nota, tiene unas pérdidas mensuales de 120.000 euros. Es decir la diferencia entre lo que ingresa y lo que gasta es esa cantidad. ¿En pesetas?. Ah. Pues prácticamente 20 millones.