BERZOCANA. La foto y su pie: vigilantes
Ojo avizor, hieráticas, dominando tejados y horizontes, las cigüeñas, centinelas del atardecer, dudan. No saben sin lanzarse raudas al vacío o permanecer firmes proyectando su silueta sobre el puro azul de cielo extremeño. Se dejan mirar en su altura lejana y crotorean saludando a los berzocaniegos. Al final, la naturaleza impondrá su ley y habrán de bajar a los campos y charcas del entorno en busca de alimento.