CANGAS DEL NARCEA.- De Cibuyo a Munich con la música bajo el brazo
Se llenó el Toreno. Había expectación por ver la actuación del joven cangués Moisés Molín. Tenor y actor reza el inicio de su biografía. También se asomaba al teatro la curiosidad por ver como al que conocimos de guaje se había transformado en un tenor capaz de cantar esas canciones que, a veces, vemos tan complicadas y difíciles. Y encima en idiomas que la mayoría no comprendemos.
Pues miren por donde Moisés no lo hizo tremendamente fácil. Con sencillez, y con la cercanía que le da el conocer su pueblo y sus gentes supo llegar a todos y arrancar múltiples aplausos hasta llegar el bis.
Y decimos en el titular de Cibuyo a Munich por haber nacido en el primero y haber debitado en el segundo en el 2008. Después todo un rosario de actuaciones con interpretación de múltiples personajes y continuos trabajo de estudio y perfección.
Las mundialmente conocidas canciones de los compositores napolitanos Cardillo, Di Capua, De Curtis y Gastaldón, dieron paso a un bloque de arias de ópera de Verdi, Wagner, Mascagni y Pucchini. En este apartado, y como consecuencia del accidente de aviación ocurrido en los Alpes, Moisés decidió cambiar una de las composiciones anunciadas y sustituirla por el Ave María de Schubert.
Justo es resaltar la presencia en el escenario de la pianista rusa Olga Semoushina que, amén de acompañar a Molín, hizo las delicias de los presentes con la interpretación del Preludio de la Zarzuela “El Chaleco Blanco” de Federico Chueca y el de la ópera “La Forza del Destino”, de Verdi. El movimiento de sus manos nos hipnotizó a todos y los largos aplausos fueron más que merecidos. Tras el “Te quiero morena”, jota de el Trust de los Tenorios, de Serrano, Molín levantó aplausos y nostalgias en algunos con el “No puede ser” de la “Tabernera del Puerto”, de Sorozabal. Y a partir de aquí el tenor nos descolocó a todos. Bajó del escenario y se puso a convencer al personal de que eso de cantar lo puede hacer cualquiera. “Si lo hago yo por qué no lo vais a poder hacer vosotros”, dijo convencido. Y se puso manos a la obra captando de inmediato la atención de todos. -¡La mano en el tímpano!. Todos obedecimos. -Aaaaa,aaa.aaaa abríamos la boca soltando la repetida vocal según el tono que iba dando el piano y bajo la dirección de Moisés. Cortina, que estaba en primera fila, fue el encargado de comprobar de cerca como funcionaba la garganta y el estómago del tenor en el ejercicio.
-Aaaaa,aaa,aaaa
-El personal se fue animando y todos seguimos fielmente las instrucciones. Hasta sonaba bien. Los aplausos sonaban a cada momento y en algunas filas el entusiasmo era notorio
Moisés Molín arrancó con “En el camino de Mires” de la ópera asturiana “Xuanón”, de Moreno Torrroba. Y aquí fue donde todos formamos un gran coro con nuestro aaaaa,aaa,aaaa……
Puedes ustedes imaginarse los aplausos y bravos del final.
Y es que Moisés se halla también embarcado en el proyecto didáctico y Festival Internacional Ópera Sostenible. Con estas iniciativa el tenor asturiano colabora en la necesaria creación de públicos jóvenes que disfruten los grades espectáculos de ópera. En ellas prioriza la difusión del Patrimonio Musical Español y defiende la igualdad de oportunidades de las personas y los territorios en el acceso a la cultura de calidad.
Tras el “otra, otra, otra”,preceptivo el acto cerró con “Granada” y una cerrada ovación, con público puesto en pie, para los interpretes. Todo un éxito