LA FOTO Y SU PIE.- El Luiña decidió asomarse al Paseo del Vino
Llovió a lo largo del alto Naviego. Y la temperatura, aún sin que asomase el sol, acarició con su subida las nieves de toda la zona que pasaron de sólido a líquido. Y las aguas corrieron alegres monte abajo en regatillos, luego regatos; arroyuelos y arroyos que formaban todo tipo de cascadas a la vez que incrementaban caudal. La tierra, ya empapada, dejaba correr el agua sin absorberla. Y el río creció y creció en su tumultuosa carrera hacia el Narcea.
Hasta que decidió dejar su cauce y saltar, juguetón, al paseo. Los viandantes se sorprendieron y, como Maribel, decidieron inmortalizar el momento. Luego, la policía local cortó el Paseo. Cosas de la seguridad ciudadana.