CANGAS DEL NARCEA.- Una cacería efectuada por guardas de la Consejería indigna a vecinos y cazadores
El atardecer del sábado fue bastante agitado en la zona del alto Narcea, en el concejo cangués. La alarma surgió entre los vecinos de Gedrez y Hermo y desde allí se fue extendiendo por toda la zona hasta llegar a la capital del concejo, Rápidamente repercutió entre los cazadores y los modernos medios de comunicación entraron en ebullición. Tampoco tardaron en llegar comunicaciones y fotos a los medios tradicionales
Una serie de personas, que los vecinos identificaron guardas de la Consejería de Agroganadería, había efectuado una serie de unos treinta disparos y abatido, al menos, tres jabalíes, en plena zona osera, entre los núcleos de Gedrez y Monasterio de Hermo, y en una zona restringida comprendida dentro del Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias.
Los testigos explicaban el mismo sábado que los disparos habían provocado que una osa con una cría huyesen a gran velocidad del lugar donde estaba hibernando. Además, unos turistas que se encontraban en la zona contaron que, a parte de las piezas que los guardas transportaban, había más jabalíes heridos que habían sido dejados en el monte.
Vecinos de Gedrez interceptaron a los autores de los disparos para preguntarles el motivo de su acción. Los guardas señalaron que cumplían órdenes. “Lo vimos todos los vecinos. Nos dijeron que tenían una autorización de la Consejería para tirar al jabalí, y realizaron una masacre bastante grande”, precisaba un vecino de Gedrez.
Vecinos y cazadores de la comarca no tardaron en mostrar su indignación ante este tipo de autorizaciones que permiten cacerías “en épocas de cría, en una zona vedada y restringida, e incluso en un monte de titularidad privada como el de Monasterio de Hermo”. Algunos fueron más allá y calificaron el acto como “furtivismo puro y duro”, cuando ya se ha cerrado la temporada de caza. Los cazadores locales lograron constatar hasta tres ejemplares muertos, pero sospechan que pueden haber sido más los que se hayan quedado en el monte. “En total, pueden ser hasta seis o siete”.
Los cazadores locales no se explican la acción de la Administración regional y muchos menos, explicaban, cuando hace unos años solicitaron autorización para desarrollar cacerías para reducir los daños agrícolas y se la negaron. “Nos dijeron que no había jabalíes. Ahora lo que hicieron fue ir a abatirlos por su propia cuenta”, Los vecinos, que siguen denunciando que se invadieron terrenos privados, ha dejado patente su “indignación” ante esta política de batidas, ya que se consideran perjudicados. Igual sucedía entre los cazadores que aseguraban “preferiríamos que se contase con nosotros antes de realizar actos como éste, en parte por tratarse de una cacería en épocas de cría, en una zona vedada, con restricciones y dentro de terreno privado”.
El gobierno regional, por su parte, aseguraba ya el domingo que se trataba “de un procedimiento normal que se realiza en zona en la que no cazan los cazadores y en la que los vecinos piden que actúe la Consejería para prevenir daños”.