CANGAS DEL NARCEA.- Adiós a “Pin Estela”, el escritor y profesor José Avello
Cangas del Narcea dio ayer su adiós definitivo a “Pin Estela”. Era este el sobrenombre con que era conocido en su villa natal y concejo, Cangas del Narcea, el escritor y profesor José Avello.
Un himno al que él mismo puso letra dio la despedida al escritor cangués en el cementerio municipal de Arayón. Fue el himno de la asociación cultural canguesa “Tou pa tous”, himno en el que se hablaba de despedidas y reencuentros.
Su amigo Carlos Benítez fue el encargado de glosar la figura del escritor: “Fue un grandísimo autor y las dos novelas que escribió serán dos grandes obras dentro de la literatura española”, subrayó Benítez ensalzando la visión progresista de Avello de la vida y alguna de sus pasiones como era la de jugar al billar.
Sus allegados lo definían “una persona irrepetible”. Era un hombre optimista muy unido a sus raíces y su pueblo, donde su figura era habitual en los períodos veraniegos y vacacionales. Conocía a casi todos, saludaba a todos y era un especial animador de tertulias por lo que había cola para sentarse con él en las terrazas de la Calle Mayor. Siempre dijo que quería quedarse en Cangas, porque es donde están sus raíces, recordaban sus familiares.
Miguel Ángel Quevedo, uno de sus muchos amigos lo definía como “una persona entrañable, cariñosa y muy positiva que vivía con una alegría tremenda que la contagiaba a todo el mundo, además de ser muy amigo de sus amigos y un amante de Cangas”. Recuerda que aunque solo escribió dos novelas, “La subversión de Beti García”, que fue finalista del premio “Nadal” en 1983, y la magnífica y poco conocida “Jugadores de billar”, publicada en el 2001. “Su obra marca la época moderna, afirmación que hace el escritor Juan José Millás, entre otros”, subrayó Quevedo.
Juaco López, presidente de “Tous pa tous”, director del Muséu del Pueblu d’Asturies y familiar de Avello, destacó que “después de Casona, es el siguiente escritor que dio Cangas a la literatura nacional”.
Señalaba Juaco que a José Avello más que escribir lo que le gustaba era leer y conversar: “Era un comunicador nato y un muy buen contador de anécdotas, para escribir era más perezoso y, de hecho, deja una novela a medio hacer, “La distancia”, en la que trataba su experiencia en África”.
Todos ellos coinciden en que, para Cangas, su muerte “es una pérdida importantísima”.