IBIAS.- IV Fiesta de la Mallega el próximo día 17
La Fiesta de La Mallega se celebrará el día 17 de Agosto len su IV Edición en San Antolín de Ibias
En el pasado los campos de trigo y centeno eran una de las grandes estampas de los municipios. Se sembraba para el autoconsumo de las casas que estaban habitadas con frecuencia por familias numerosas. Además, el pan era un componente fundamental de la dieta, junto a la leche, mantequilla, las castañas y el caldo de berzas o potaje. El mes de la siega del trigo y centeno por excelencia es el mes de Agosto. Se segaba a mano, se dejaba secar, se ataba en manollos y se hacían medas en las fincas hasta el momento del transporte a la eira de mallar dónde se hacía la facina. Para las malladas los vecinos del pueblo y colindantes se juntaban e iban casa por casa según se trasladaba el maquinista con la malladora.
Antes de llegar las máquinas se hacía manualmente con los malles dónde dos parejas, situados unos frente a otros con un malle cada uno iban descargando golpes de manera sincronizada al objeto de desgranar la espiga. La Mallada, en sus dos versiones, era muy dura pues eran muchas horas y días de trabajo en un ambiente polvoriento y de muchísimo calor. En todas las casas se amasaba el pan, siempre hogazas y el día del amasado se elaboraban también algunas empanadas. El sabor de ese pan cocido en horno de leña es algo que se añora sobremanera actualmente pues todo esto que hemos descrito ha desaparecido o es meramente testimonial. Sin embargo, en el concejo de Ibias aún quedan muchas personas que lo hicieron y por eso han decidido hacer una actividad festiva recreando todo el proceso, la mallada con máquina, la mallada con malles, la aventadora, y cómo amasar hogazas y cocerlas. En la fiesta colaboran especialmente las panaderías del municipio ibiense, la Asociación de cazadores y muchos vecinos que saben del tema.
La importancia del grano en el municipio la atestiguan las numerosas construcciones cuya cubierta es vegetal de paja, sobre todo hórreos y algunas pallozas. Había dos sistemas de teitado, a veo y a paleta, siendo este último más complejo de ejecutar. Cuando con los años la paja de la cubierta se deterioraba y menguaba se iba cubriendo con nuevas capas encima de lo que ya había. La cubierta de paja proporciona un impecable aislamiento térmico durante el verano, conservándose la estancia muy fresca lo que permitía la perfecta conservación de los productos de la matanza que en esta época están en los hórreos y paneras, jamones y embutidos principalmente.
Los molinos e ingenios hidráulicos situados en los cauces de los arroyos para moler el grano aprovechando la fuerza y empuje del agua constituían otro elemento característico del paisaje y de la arquitectura tradicional vinculado al mundo del pan y el trigo.