CANGAS DEL NARCEA.- Miles de truchas muertas en el tramo urbano del Narcea. Se apunta a un vertido químico
Todos pensábamos que aquellos años ya habían quedado atrás. Los años del furtivismo en los ríos y de la cal y la rechumada. Los años en que por motivos que casi nunca se hacían oficiales aparecían muertas cientos de truchas en este o en aquel tramo. Pues no ha vuelto a ocurrir y aquí prácticamente en el tramo urbano del Narcea.
La Coordinadora Ecoloxista d’Asturies denunciaba ante el Gobierno de Asturias y ante la Confederación Hidrográfica del Cantábrico la aparición en el río Narcea de miles de truchas. Han pedido una investigación decidida y sanciones.
Según señalaban a través de una nota de prensa, lo ocurrido se relacionaría con un vertido al río.
Señalaban que desconocen el origen del supuesto vertido, pero que por la falta de color de las aguas, y su fuerte impacto, parece ser “un vertido de un producto químico, con lo que “será facil descubrir a los responsables al ser un tramo urbano”. De hecho, los peces muertos se podían encontrar desde el puente de Santulaya hasta el pueblo de Corias, a donde presumiblemente los habría arrastrado la corriente, por lo que las primeras hipótesis para explicar el desastre ecológico apuntan a un vertido en la zona de Santulaya.
Desde algunos organismos se apunta a “un vertido sin intencionalidad, de puro desconocimiento de lo que podía suceder o de un hecho fortuito e incontrolado”.
La Coordinadora Ecologista de Asturias aùnta que “este nuevo vertido en otro río asturiano da una idea de lo que esta sucediendo con demasiada frecuencia por una dejadez del Gobierno de Asturias con estos atentados ambientales”. José Luis Fontaniella, alcalde cangués, también lamentó lo sucedido: “Quiero denunciar el daño ecológico a estos ríos, unos de los más naturales y puros de Asturias. Espero que se depuren responsabilidades”.
Los primeros ejemplares se encontraron sobre las 9 horas en el punto más alto, el puente de Santa Olaya, a medio kilómetro del centro urbano. Desde ahí, el desastre se extendió por varios kilómetros de cauce. Los análisis de las muestras de agua y los peces tomados por agentes del Seprona y personal de la Guardería del Principado ayudarán a esclarecer lo ocurrido pero, de momento, todo son hipótesis y apuntan a un vertido.
Román Herrero, de la Asociación de Pescadores, señalaba que las truchas muertas, de todos los tamaños, no «muestran síntomas de deterioro», por lo que sospecha que un vertido de origen desconocido -en la zona no hay industrias, tuberías y depósitos que pudieran haberlo provocado- suprimió el oxígeno del agua y acabó con la vida de los peces.
Además del daño ambiental en una zona de pesca sin muerte y el impacto sobre la práctica deportiva, el suceso ha frustrado las esperanzas de muchos pescadores cangueses: «Esto mina las ganas de hacer nada. Años de trabajo cuidando los ríos y haciendo repoblaciones para nada», lamenta Román Herrero, que añade que ha «tenido que ser un descuido. Me resisto a pensar que este desastre ha sido intencionado».
Con ese estado de ánimo, la agrupación de pescadores hará en los próximos días una valoración exhaustiva de los daños y esperará los resultados de las analíticas. La solidaridad de los compañeros puede hacer más llevadera esa espera. Y es que la sociedad Las Mestas del Narcea ha hecho pública su disposición a modificar el calendario de repoblaciones para contribuir a devolver la vida al tramo del río Narcea que baña la villa canguesa.