Hoy como ayer las expresiones de los jóvenes son volubles y pasajeras

Hace no muchos días me encontré un grupo de adolescentes sentados en las escaleras del portal en animada conversación sobre algo que habían visto en sus móviles, de los cuales todos y cada uno de ellos iba provisto.
Como quiera que conocía a tres de ellos y todos me saludaron muy atentamente les hice unas cuantas preguntas sobre sus giros y expresiones al hablar ya que no entendía algunos de los que utilizaron.
Les dije que no era nada nuevo, que las formas de hablar y expresarse cambiaban con cada generación, o cuando menos época, según la corrientes y modas de cada momento, Ahora les tocaba a ellos y habían decidido, no su grupo en concreto, sino los jóvenes de esta generación, el mezclar, en batiburrillo de expresiones a caballo entre el español y el inglés o composiciones ad líbitum según los grupos o zonas, componer su lenguaje. Las había, las expresiones, que se expandía como la espuma y otras que desparecían a los pocos meses.
Entre risas y bromas me explicaron algunas de las que ellos utilizaban por lo que me vi obligado a explicarles yo algunas de las que utilicé o vi utilizar tiempos atrás, sobre todo allá en los mandriles de finales de los sesenta o anteriormente en los pueblos de la Villuercas en Cáceres.
Al igual que ahora ocurre, el ocultar la intencionalidad tras los términos de la expresión inglesa ahora y el denominado lenguaje “cheli” de los sesenta permite y permitía a sus hablantes recurrir sin preocupación y sin ningún sentimiento de vergüenza o de culpabilidad a términos brutales, carentes de finura y adoptar comportamientos acordes con esos términos. Lo que se denominó entonces argot achulado o agitanado. Así pues nada nuevo bajo el sol.
En esta situación les di los términos “mogollón”, “jo, macho” y “mazo” como referentes, relacionándoles algunos otros como
- Movida: acción intensa
- Tronco: amigo
- Basca: peña
- Palizas: pelma
- Calandrias: pesetas
- Marchoso: divertido, fiestero
- Jula o julandrón: homosexual, marica
- Ligar: conseguir salir con una moza
- Amuermarse: aburrirse
- Carroza: pasado de edad
- Cheira: navaja
- Madero: policía
- Macarra, gamberro, quinqui: delincuente
- Aduana: escondrijo
- Cachas: fuerte
- Queli: casa
- Chingar: robar/hacer el amor
- Parné: lo robado
- Viejos: padres
- Chorbo/a: novio/a
- Fardar: presumir
- Pagafantas: persona que invita
- Zurrar: pegar
- Chachi: guay
- Flipao/cagalindes: fanfarrón
Y desde ahí buscábamos el transformar o modernizar las expresiones modificando los sustantivos con el sufijo -ata/ate, tales como bocata, vinate, fumata o camarata.
Ellos, los chavales, me dijeron que estaban haciendo «match». O sea que estaban con alguien con quien les gusta estar, pero que les daba igual si se producía un “random”, algo así como con cualquiera que se encontrasen.
Y me hablaron de «stalkear», sinónimo de cotillear aunque podríamos decir que está enfocado a las redes sociales. «Crush» se trata de esa sensación en la que ves a un chico o a una chica y te impacta de forma inesperada y brutal. O que fulanito era un «mainstream» una persona vulgar. Troll, persona que se dedica a protestar por las redes sobre algo que no le gusta
Y expresiones tales como “al igual”, que equivale a, ¿de verdad? Putivuelta: en una fiesta, pasearse para ver y ser visto, e intentar pescar algo. Se suele volver de vacío. Salseo: Pasar cosas que pueden ser objeto de chismorreos. Trolear, tomar el pelo o mentir. La cosa fue bastante más allá pero ni siquiera ellos se ponían de acuerdo en las pronunciaciones, así que yo también las he adaptado como mejor me ha venido.
Hoy como ayer, todo es voluble y pasajero.