COSAS DE XUAN.-  La risa va por barrios

De las andanzas médicas del nuestro Xuan

Xuan vistop por Neto

El que ríe el último, ríe dos veces. Y ahí me ha pillado Xuan que tras aguantar mis múltiples bromas y cachondeos sobre sus problemas con el sistema urinario ha visto como los mismos me han llegado a mí alargados y aumentados.

Recodarán ustedes como nos hicimos aquí eco de la decisión que tomó Xuan en su día de ir a hacer sus necesidades menores al bardal del camino ante las continuas broncas de la su parienta por las múltiples gotas, y a veces más que gotas, que inevitablemente y pese a su cuidados, dejaba siempre alrededor de la taza des escusado.

Como la cosa iba a más y las molestias aumentaban creándole ya problemas e incluso dolores al orinar, la mujer terminó convenciéndolo para que, debidamente escoltado por ella, acudiese al médico.

Huidizo e intentando pasar desapercibido Xuan accedió a visitar al médico en busca de remedio a su cada vez más incomodo problema. Y le preocupaba.

El médico de la cosa era un paisano en toda regla, no andaba con remilgos y llamaba al pan, pan; y al vino, vino. E incluso iba más allá si ello era necesario. Tenía en la comarca tantos defensores como detractores

Una vez que aquel le preguntó un montón de cosas, a la mayoría de las cuales contestó su mujer, convino en que había algo que no iba bien.

-El miércoles vienes que te hagamos una exploración visual, una cistoscopia.

Xuan que estaba deseando largarse no pregunto nada más, pero no habían salido aún del edificio cuando ya andaba indagando de su parienta que coño era eso de la cistoscopia que querían hacerle.

-¿Y tienen que rajarme p´a ver los que hay dentro?

-No seas burro. Ven lo que hay a través de una cámara que introducen en la vejiga.

Xuan no lo veía muy claro y calló. No habló más del tema. Lo daba vueltas y remungaba sin atreverse a preguntar nada a nadie, ni siquiera a Pasquín o al Cuntapeiro.

Y así, llegado el día señalado para ello, se presento de nuevo en el médico, otra vez escoltado por la parienta, y con un mosqueo de tres pares de narices.

-Como no me guste la situación me salgo y dejo a todos con tres palmos de narices, se dijo; aunque de nuevo se moderaba cuando le llegaban los dolores en salva sea la parte y le costaba orinar-

Le recibieron dos jóvenes enfermeras que le hicieron pasar a un cuarto y tumbarse en una camilla. Conocía a una de ellas y eso le turbó aún más

– A ver Xuan: Túmbate boca arriba y bájate los pantalones y el calzoncillo

-¿El qué, ho? ¿Delante de vosotras? Tendréis que salir

Xuan se agarraba con fuerza el cinturón con la mano derecha y con la izquierda lo hacía a la camilla

-¿Pero qué dices Xuan? Nosotros somos  enfermeras y tenemos que estar aquí para ayudar al doctor que entrará ahora mismo, en cuanto te preparemos. Dijo la que él conocía. Y la otra añadió

-Además estamos acostumbradas  a ver esas cosas un montón de veces cada día en paisanos de toda edad y condición.

No le convenció mucho el argumentó pero comenzó a bajarse tímidamente los pantalones. Había visto en la tele como con un aparato y pasando una especie de bola unida a un cable, los médicos veían lo que había dentro del vientre de una mujer embarazada. De esta forma intentó tranquilizarse pensando que algo así le harían a él. 

-¡Buenos días Xuan! ¿Preparado? Vamos ahora mismo a ver que hostias tienes ahí dentro.

Uniformado de verde, el médico entró con ímpetu demoledor acercándose a la camilla escoltado por las dos enfermeras. Sin ningún complejo le bajó el calzoncillo con seguro tirón dejando al aire todas sus partes.

Un tanto atolondrado, Xuan vio toralmente perplejo como aquel hombre cogía entre los dedos su pirula y manteniéndola hacia arriba pidió no se qué cosa a la enfermera: Al considerar que aquella no estaba lo suficientemente diligente como él pretendía le espetó:

-¡Queréis espabilar cojonan! ¿O es que pretendéis tenerme aquí de palanganero?

Xuan se dio cuenta de cuál era exactamente la situación y murmuró:

-Nunca mejor dicho, doctor

-Te voy a introducir por el pene este tubo con una cámara que nos va a a permitir ver toda la verija  por dentro …

-¿El qué ho? ¡A mí por el pene no me mete ni cámara, ni micro, ni artilugio alguno ¿O es que usted no ve que mi pene no es ni tan siquiera una aproximación a  los eólicos esos? ¡Como hostias va a meter una cámara por el furaquín que tien? Usted ta lloco ya tien que soltarme ahora mismo! ¡Una cámara pito arriba! ¿Ónde se ha visto tal?

-Con el cable en cuestión en una mano y el pene de Xuan en la otra el médico soltó una enorme risotada

-¡Pero mira que eres bruto! Es una mini cámara que es prácticamente igual de gruesa que el tubo y cabe perfectamente por el conducto sin tener que agrandarlo ni nada. Le damos un poco de vaselina y esto va como una seda

-Ya, ya, una seda; me da que más bien como papel de lija

Ya en la camilla, percatándose de que no tenía escapatoria alguna, Xuan se afianzó con las manos a los bordes de la camilla dispuesto a la inmolación. Noto como le introducían el tubo y como, poco a poco, aquello se complicaba y comenzaba doler. Apretó aún más las manos a los bordes de la camilla… pero aquello aumentaba, el a tubo parecía querer abrirle el pene en canal conducto abajo y se le escapó un quejío y un cagamento.

-¡Ya está, ya está! Y girando hacia él una gran pantalla el  doctor le decía:

-¿Ves! Ya está la cámara dentro, ¡mira que bien se ve!

Xuan, aún dolorido, no se atrevía a mirar. Al final lo hizo como de reojo y disimulando. Tan solo acertaba a divisar bultos amorfos y engrosamiento como de grasa entre grises y marrones. El doctor manejaba el mando de aquellos terminales como los nenos los de los juegos electrónicos-

-¡Míralo! ¡Ahí lo tenemos! Es grande el jodido

Xuan no quiso ver más, cerró los ojos y siguió oyendo el  parlotear del médico como si este detuviese cada vez más lejos.

Todo listo, oyó al rato. Espabiló por completo y le pararon para que no se incorporase tan rápido.

Poco a poco volvió a su realidad. Escoltado por su parienta, se sentó con el médico en el despacho. Una enfermera le dio un comprimido.

-Es para prevenir infecciones

– Es un tumor. Con una fotos delante, el médico les señalaba aquí y allá

– Xuan solo veía bultos sombras y formas amorfas.

-.Es un tumor y grande. Lo mandaremos a analizar

-¿Y suelen ser malos doctor…? Preguntó tímidamente la mujer

-Estos cabrones casi ninguno sale bueno. Ya les informaré.

Abandonaron la consulta sin mediar palabra. Cabizbajo, cada uno con sus pensamientos, emprendieron despacio la vuelta a casa. Xuan daba vueltas a la situación. Aunque no se había enterado muy bien, intuía que algo malo sucedía. No se atrevió a preguntar.

En aquel momento Xuan no sabía que el cáncer había llegado a su vida. Una semana después entraba en el quirófano en Cangas para un raspado. No salió bien. Días después, entre dolores, hubo de ser trasladado de urgencias al HUCA por una grave infección de orina que amenazaba pasar a la sangre y llevarse a Xuan por delante. Fue ingresado y se le aplicó un duro tratamiento contra la infección. Uso días a casa para recuperarse y de nuevo al quirófano. Fuera vejiga y fuera próstata.Más días de ingreso…algo no iba bien. Hubo que realizar  una nefrectomía hasta programar una nueva operación. Está acabando el verano y Xuan aún está pendiente de ingresar de nuevo en el quirófano por mor de unas fugas y otras zarandajas médicas que él no comprendía muy bien

Regresó de nuevos unos días a Cangas  a la espera de su nueva operación. No lo llevaba nada bien. Más que a la operación en sí lo que le jorobaba era e tener que ingresar en el Hospital, compartir habitación y los malditos horarios y continuos pinchazos

-¡Quién coño me mandaría a mi dejar que el médico aquel me metiese una cámara por la polla!

-Anda vamos tomar algo y a ver si atopamos con el Cuntapeiro que esta exactamente igual que yo o apeor. Espero al menos que los médicos no nos quiten también el humor 

.Comparte en tus redes sociales
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter
Share on LinkedIn
Linkedin
Pin on Pinterest
Pinterest
Share on Tumblr
Tumblr

R. Mera