CANGAS DEL NARCEA.- Hasta siempre Popó
Mera, esta tarde tienes funeral en Larna
-José, Popó, como era popular y cariosamente conocido, era también, en los que a información tocaba, como el famoso calendario zaragozano, pero tan solo en cuanto a entierros y funerales se refiere. Y esa era su cantinela cada vez que conmigo se cruzaba.
Originario de Rengos, llegó a la villa cangues allá en los inicios de los cincuenta huyendo con su madre y una hermana de las penurias y el hambre que asolaban la zona rural: No les fue mejor en la villa donde fueron acogidos en una cocina primero y en el desván después de la casa de Pilar, en Arrastraculos
Presente en cuantos acontecimientos en la villa tenían lugar, fue célebre por sus dichos, su ceguera, progresiva desde la niñez, y su figura siempre un tanto tambaleante de acá para allá y de allá para acá. Durante unos años fue vendedor de la ONCE . Ahora nadie ha venido a decirme:
-Mera tienes un entierro en Cangas, Ha muerto Popó.
Se ha ido en silencio, a los noventa años, discretamente desde el Asilo donde se refugió una vez que le faltó Albarina, su mujer, con la que se casó ya mayor.
Con el cariño en su recuerdo, les rememoro la siguiente anécdota recogida en mi libro “Remembranzas festivas canguesas” en el relato “Guerrilleros del Cascarín”:
“Es 15 de julio y el sol aprieta de lo lindo. Son las cinco de la tarde. Apenas hace tres horas de haber llegado de Madrid y salgo en busca del ambiente festero subo por la cuesta del Cascarín, en busca de los de Barriga Hubiera, renegando del tabaco y haciendo promesas de dejarlo, una vez más, en cuanto fuese la ocasión propicia.
Sentado a la puerta de su casa, José, más cariñosamente conocido como Popó, le daba al porro tabaqueril resguardado a la sombra del alero.
-Anda, reimpusa, que tou no ye llano. Ya esu que ya ta to asfaltao, sino dibas a enterarte; me dijo a modo de cariñoso saludo
-Demontres con la cuesta, -le digo mientras me siento a recuperar el resuello-
-Traballa algo que endispués bien que vas a fartucarte. ¡Que! ¿Sabes si hay fartura arriba?, inquirió curioso
-Supongo que como todos los años
-Mangantes ye lo que hay, mucho mangante
-Oye Popó. ¿Es verdad que alguna noche subes esta cuesta con una piedra a la espalda para equilibrar el rezume del mondongo?
-Tou mentiras, mentiras ya calumnias. Eso son cuentiquinos de Noé, el del Juzgao, ya Pertierra que no tien mejor cosa que facer. ¡Ba, ba, ba! Las luces, las luces de la calle La Fuente ye lo que fai que arreglar ya no tanta tontería ya pendejada. Además, yo no me meto con nadie y subo ya baixo como me parez.
-Bueno hombre, no te pongas así. Voy a terminar de subir hasta donde están montando las máquinas.
Y allí quedó remungando sobre todo lo que iba mal y las pendejadas de unos y otros.
Descase en paz josé , Popó, personaje cangués de toda una época