SUROCCIDENTE.- Ha llegado el otoño

Revoletean por el Parque del Minero las hojas  amarromadas du sus árboles. El otoño se ha llegado hasta nosotros deslizándose ente chubascos y  rayos de sol como a su estación corresponde. Pasan los niños tirando de sus carritos o cargados con enormes mochilas que más parece van de excursión larga que a clase.

En muchos de ellos, el sueño pinta un rictus de tristeza y recuerdos de los largos días vacacionales llenos de juegos y  de libertadas. Las madres medio arrastran a alguno de sus vástagos tirando de la mano de los más pequeños  que andan mecánicamente, despierto el cuerpo pero aún dormida la mente y el espíritu. Sopla un airecillo fresco preludio de lo que se acerca. Los cafés cercanos del centro apunta ya lo que será el avance del otoño y el acercamiento del invierno. Dejados los niños en las aulas, las madres acuden a ellos a intercambiar opiniones de todo tipo, aunque en estas fechas prevalezcan  las referentes al inicio del curso escolar.

Hace ya mucho que no paso por el Paseo del Vino, pero me cuentan que ya caen las hojas y comienzan a acumularse en recodos y en torno a viejos troncos caídos. Aún no son muchas pero confirman que septiembre se acaba. Se acaban también las labores en los huertos y con ello devuelven a la rutina invernal a muchos jubilados que con aquellos han gozado desde la primavera. Digo gozado, pero también sufrido pues las enfermedades y humedades han hecho estragos en muchos de ellos dañando la cosecha, especialmente los tomates .Me decía un veterano cangués que el tener un huerto debía de ser recetado por el médico a partir de cierta edad y tras la jubilación. “Es la mejor medicina para todo” afirmaba convencido.

Ha pasado rápido el verano y, como siempre sucede, más rápidas aún las vacaciones. Hay veces que da la impresión de que todo eso fue hace ya mucho, mucho tiempo; tanto que en algunos caso nos parece oír ya la música de los villancicos.

Ha comenzado a orvallar suavemente. Un transeúnte acelera el paso y se sube hacia arriba el cuello de la americana

-Se acabó lo bueno ¿eh?

– No hombre no, aún queda el veranillo de San Miguel, aún falta mucho para el frio y la nieve.

Y es que digamos lo que digamos y opinemos lo que opinemos, la Naturaleza sigue su curso imperturbable: primavera verano, otoño e invierno

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R. Mera