SUROCCIDENTE.-Otra vez los estribillos de agostio
Ha despertado agosto a pueblos y aldeas de este nuestro olvidado y casi despoblado Suroccidente.
Caminos y caleyas han vuelto a recuperar ruidos y pisadas; de unos u otros prados llegan gritos casi olvidados de niños que ahuyenta con sus juegos y carreras a los pájaros. Han quedado atrás los largos silencios del invierno.
– ¿Qué? ¿Recordando? ¿Qué tal? ¿vinistes ayer, no?
-Lulo, con la guadaña al hombro, paró junto a un hombre ya mayor que con el pie puesto en la pared del prado de enfrente de casa dejaba que sus ojos vagueasen por las montañas que, enfrente del pueblo y cubiertas de niebla, le cerraban el horizonte.
– Y a ves Lulo a dar la vuelta de todos los veranos. Esto está cada vez peor, está todo casi abandonado. No logro distinguir en el monte un prao de otro o del propio monte. Ya nadie se preocupa de nada.
-Es lo que hay, respondió Lulo con convencida resignación
-El hombre se volvió decidió a Lulo
-¿Y qué quieres que te digas de los caminos, abandonados o desaparecidos?, ¿y los cierres de los praos? ¿Y del edificio de la escuela semicaído e inservible sin que nadie se preocupe?, ¿o del par de paneras del pueblo que se están cayendo sin que tan siquiera los dueños se preocupen de ello? ¿Y la pista de acceso al pueblo, llena de baches y sin protección alguna? ¿Y de la falta de luces públicas?… La verdad es que no os preocupáis de nada…a ver si bajo yo al ayuntamiento…
-Eso to que dices sábémoslo nos muito bien, pero se te olvida que aquí durante el año tan solo hay unas siete casas abiertas y los vecinos somos todos muy mayores para mantener todo en funcionamiento. Hasta estamos exentos de acudir a las sextaferias, que precisamente por falta de gente no hay. Pero claro vosotros venís cuatro días y queréis que el pueblo sea como Madrid pero sin ruidos nia priesas. Ya déjote que estas cosas, un verano tras otro,me cabrean.
En la villa, las mañanas se llenan de corrillos cotillas y saluditos de compromiso y lucimiento de los logros (reales o no) de cada cual. Sin cortapisa alguna ocupan las aceras y hacen bajar a la calzada a los transeúntes apurados. Las protestas por la falta de aparcamiento gratis se multiplican tanto como las críticas al alcalde… Es que allí en Madrid… y colocan a la capital en la primacía de todos los bienes
-En Madrid sí que hace calor. Aquí estáis en la gloria. ¡Ya quisiéremos nosotros!
Y cargan los carritos de los supermercados cual si en cualquier momento fuese a estallar la tercera guerra mundial.
Es la canción social de cada verano, es el estribillo agosteño del concejo de cada año.
