Mantener la derecha
No, no se asunten, no les voy a hablar de política, aunque bien visto absolutamente nada de lo que por este mundo pasa deja de ser política póngasele después unos u otros apellidos.
Quiero hablarles de mantener la derecha cuando uno camina al igual que hacemos cuando conducimos. Aunque en estos días pasados he vuelto a sentir el malestar social que produce el que la ciudadanía no mantenga esta norma-a veces ni ninguna otra- al caminar o el pasear trae bastantes consecuencias negativas, incluso de enfados. Más aún si ello se produce en días de lluvia donde el bamboleo de paraguas agrava aún más las incómodas situaciones. Sálvense algunas personas de edad madura que cumplen. Estoy convencido que son las que aún quedan de aquellas que estudiaron en la Enciclopedia Álvarez que dedicaba una pequeña parte de su contenido a lo que se llamaba “Reglas de Urbanidad”. Y allí aprendimos, incluso los que en pueblo vivíamos, como yo, que al caminar había que conservar la derecha, ceder el paso a los mayores o gente con problemas y ayudar a cruzar la calle. Nos llamaba mucho la atención que nos explicase cómo y en qué circunstancias teníamos que ceder el asiento en el autobús cuando prácticamente no sabíamos tan siquiera la existencia de ellos.
Este desconocimiento lleva situaciones a veces incómodas, a veces chuscas, cuando dos caminantes se ven venir y comienzan a dudar de hacia que parte desviarse para terminar yendo ambos, inevitablemente, hacia la misma. Si a más de ello interviene farola, lo chusco de encontrarse inevitablemente los tres, lleva, a veces, a la vergüenza de considerase unos inútiles.
Aprendamos pues a caminar por las aceras con espíritu respetuoso y ciudadano y nos evitaremos, amén de encontronazos, el vernos ridículos. Y no lo olviden: preferencia y cesión del paso a los mayores y personas con problemas de movilidad
