ALLANDE cuenta con un desconocido conjunto geográfico cultural
No es la primera vez que desde estos micrófonos instamos a nuestros oyentes a conocer mejor nuestros concejos y nuestra comarca común. Y es que tendemos a valorar lo lejano y olvidarnos lo nuestro en una siempre incomprendida actitud en la que no se encurta otra cosa que una determinada obsesión en la errónea creencia que cuando más lejos esté aquello de lo que contamos que conocemos más importante somos. Y todo ello aderezado con unas gotas de papanatismo aldeano.
Como quiera que me he visto en esta situación hace un par de días he decidido traerles hasta aquí un pequeño retrato, una postal, de algo muy, muy cercano y, también, muy desconocido para la mayoría de los vecinos de esta comarca.
¿Saben ustedes que pequeños núcleos rurales como Fonteta, San Salvador y Villalaín, en el concejo de Allande, conforman un conjunto que no es Patrimonio Cultural de Asturias por discrepancias de los vecinos pero con suficientes acreditaciones objetivas para serlo?
Se trata de un conjunto etnográfico de excepcional valor situado en la parroquia allandesa de San Salvador de Valledor. Lo componen una serie de pequeños núcleos rurales como Fonteta, San Salvador y Villalaín, pueblos que conservan testimonios relevantes del paso del tiempo y en excelente estado de conservación. Constituyen también una excelente muestra de tipologías constructivas típicas de la arquitectura popular del occidente de Asturias. Se conservan decenas de viviendas de los tipos de la casa turria y casa bloque, así como molinos, cortines, cortinales y brañas, que también quedan protegidos. La particularidad de este conjunto de pueblos está en la conexión de los mismos a través del denominado Camín de Mesa o Real, que enlaza las tres poblaciones y que desemboca en la iglesia parroquial de San Salvador.
Toda la zona se caracteriza por su arquitectura con construcciones de piedra y tejado de pizarra, que soportan intactas el paso del tiempo. Todas las casas guardan su estado original y se conservan en muy buen estado hay constancia de la existencia de la aldea desde el año 1200, fecha de la que datan los primeros documentos del Monasterio de Corias, «que recogen información sobre la localidad de Fonteta”. Las carreteras no llegaron hasta 1.979 con la construcción del embalse de Grandas de Salime. Destaca la existencia de una zarzamora la “Moreira”, con un tronco de unos 30 centímetros de ancho.