CANGAS DEL NARCEA.- Los primeros pasos radiofónicos de Pepe Domingo Castaño fueron en Corias

Pepe Domingo Castaño Solar fallecía el pasado domingo a los 80 años en el Hospital de la Zarzuela de Madrid. Se fue de manera repentina, rodeado de los suyos. Deja una larga y brillante carrera profesional en la televisión pero, sobre todo, en la radio. Pero lo que quizás muchos de ustedes no sepan es que fue en Asturias donde hizo sus primeros pinitos cuando llegó al monasterio de Corias con tan solo 9 años de edad y se fue con 15 años cumplidos.
En ese tiempo montó una emisora con los frailes dominicos. “Leíamos poemas, trozos de libros y hacíamos concursos”. Es un pasaje de su vida que contó en su libro “Hasta que se me acaben las palabras”
Y cuenta: “Llegué con 9 años al Monasterio de Corias y me fui con 15. He vuelto al mismo en más de una ocasión. Me movía por Cangas del Narcea, El Acebo, Tineo, Tebongo… Me sé de memoria un montón de canciones asturianas porque las aprendí allí en el colegio. He vuelto muchas veces sobre todo a Gijón, porque es una ciudad que tiene un objetivo: que la gente se lo pase bien. No hay cosa más bonita en la vida que pasárselo bien”.
Ramón Hernández Martín, en el blog `Raíces, Religión digital¨ escribe:
Él y su hermano Antonio, fueron compañeros míos, en los primeros años cincuenta, en el Monasterio de Corias-Cangas del Narcea (Asturias), entonces Escuela Apostólica de los Dominicos. En aquel tiempo era solo José Castaño. A él y a su hermano los llamábamos cariñosamente Pepé y Popó.

El locutor era el segundo de doce hermanos de una familia muy humilde procedente de la aldea de Lestrove, en el municipio coruñés de Dodro. Después pasaría su infancia y juventud en Padrón, hasta que sus padres lo mandaron con solo nueve años al convento de Corias (Cangas del Narcea), de la orden de los dominicos, junto a uno de sus hermanos. “A mis padres les interesaba porque así tenían dos bocas menos que alimentar y además estudiaríamos algo”, recordaba recientemente el locutor en una entrevista en La Nueva España. Después estudiaría en León, pero fue ahí, en el convento, donde empezó en la radio. “El padre Iparraguirre me dijo un día: ‘¿Por qué no montamos una radio? Le dije que me encantaría. Me presenté, hice una prueba y me convertí en locutor en la radio Cauriense de Corias”.