SUROCCIDENTE.- Aumentan los atropellos de osos. Proteger autovías y concienciarse en carreteras de montaña

Un nuevo atropello mortal de un oso cantábrico, esta vez en el concejo de Degaña, en el suroccidente asturiano, en la carretera AS-15, entre las localidades de Cerredo y Degaña ha provocado la reacción del Fundación Osos Pardo

Y es que este atropello llega seis días después de que un oso un oso joven fuese encontrado muerto en la vertiente leonesa de la autopista del Huerna  en sentido a Asturias, presumiblemente después de haber sido arrollado también por un vehículo. La Junta de Castilla y León pidió a la gerencia de la Autopista que refuerce el vallado perimetral para evitar la entrada de animales a la calzada.

Además ha habido otros dos atropellos en fechas recientes. El pasado día 18 se encontró muerta a una osezna de unos siete u ocho kilos y unos 80 centímetros de altura en la carretera que une Cistierna (León) y Aguilar de Campoo (Palencia), la CL-626, a la altura de la localidad leonesa de La Espina. Todo indica que la osezna, de unos ocho meses de edad, fue atropellada, puesto que sangraba por la boca y por la paletilla, lugar en el que habría sido alcanzada. Además, el 2 de julio, un vehículo impactó contra un oso también en la Autopista del Huerna (AP-66), a la altura de Campomanes, aunque sin consecuencias para los ocupantes del coche. El oso, sin embargo, no fue hallado.

Por tanto, “en dos meses se han producido hasta cuatro episodios de este tipo, y todo indica que seguirán produciéndose”. Y es que, como señala Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo, “hablamos de una población única de unos 370 ejemplares que sigue reproduciéndose y aumentando en número, lo que incrementa el riesgo de más incidentes como estos”.

“En las carreteras de montaña los accidentes van a seguir ocurriendo”

Hay numerosas carreteras que atraviesan zonas oseras y en este momento, añadió Palomero, “hay muchos osos en movimientos, los grandes al ser época de celo y los más jóvenes al estar en dispersión, lo que multiplica la posibilidad de impacto”. En las carreteras asturianas, que atraviesan hábitats, no solo hay riesgo de atropellar osos, sino fauna en general como corzos o jabalíes, o incluso caballos o vacas.

Oso atropellado

No obstante, Palomero indicó que los vallados de la Autopista del Huerna, con metro de altura, “no pueden parar a un oso, o a un corzo”, por lo que deben reforzarse y en ello insistirán a la gerencia de la carretera. Este vallado debería alcanzar una altura mínima de tres metros y contar con un voladizo hacia el exterior,

Otra cosa, añadió, son las carreteras de montaña. Los accidentes van a seguir ocurriendo, por lo que hay que pedir a los conductores que extremen las precauciones, y sean prudentes y conscientes de que hay fauna salvaje”, exhortó.

“Lo que no hay que hacer nunca es esa manía que se ha puesto de moda de perseguir a los osos por la carretera para hacer el mejor vídeo y colgarlo en las redes sociales. Eso puede terminar en un accidente. Lo que debe hacerse es detener el vehículo y dejarle que salga de la calzada”, remarcó Palomero.

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R. Mera