Muchísimas gracias y un fuerte abrazo para todos y cada uno de vosotros
Festejándolo con la familia
Abrumado. Abrumado cerré el día el pasado sábado día 24 de marzo. Y aún todavía quedó tiempo para alguna satisfacción más en la mañana del 25.
Y es que, amigos, con vuestras felicitaciones y cariño lograsteis que en un 77 el primer dígito pasase a ser un 2, al menos en ese día. Ilusión que os debo y que desde aquí agradezco.
Creo que ya os lo he contado en alguna ocasión. Llegan los mensajes vía whatsap, o facebook, o por correo electrónico, o Messenger o cualquier otro sistema y yo, pese a que llegan cuasi en cascada, me dedico a adivinar, o al menos intuir, de qué zona me llegan según y cómo a mí se dirigen.
Claro queda que de Extremadura, y especialmente de mi pueblo natal, Berzocana, o de los allí nacidos, proceden todos aquellos que me nombran Pepe. Curiosamente así lo hacen también mis dos nietos.
De familiares muy cercanos son los que me signa como Pepe Luis (así lo hizo siempre mi madre) y, desgraciadamente, en este año tan solo he recibido uno que me signe como Pepe Lutrera, añadiendo así al nombre el apodo de mi niñez. Y es que casi todos, sino todos los que así lo hicieron siempre, ya no están aquí.
El apellido Mera es el más utilizado. Y así lo hacen los que me felicitan desde Cangas, desde Navalmoral de la Mata (Cáceres) o de algunos conocidos o amigos de mis años de trabajo en Madrid. Cada vez menos también son ya los cangueses de aquellos años de la transición y el resurgir y potenciación de las fiestas del Carmen y la nueva Maniega que lo hacen con Pepe Berzocana, seudónimo con el que firmé muchos escritos tanto en la citada como en los portfolios festivos para no repetir nombre..
Cuando aparece un Don Mera ya sé que corresponde a alguno de mis antiguos alumnos (o compañeros) cangueses, incluso ya de sus hijos; si es Don José Luis, son los de Soto de la Barca (Tineo).
El caso es que sea cual sea la formula que empleen unos y otros, todas ellas me llenan de satisfacción y orgullo. Al fin y al cabo son retazos de vida que has firmado en las relacione del día a día. Pequeñas cosas, pequeños detalles, pequeñas acciones, pero todo ello viene a configurar la estructura de tu yo y la perspectiva que de ti tienen aquellos con los que has convivido, o simplemente te han conocido o tratado.
Un año más, y van ya 77, he recibido vuestras felicitaciones y mejores deseos con especial cariño y mayor agradecimiento. Espero que estemos todos al año que viene ya que, como a esta mi edad corresponde, no se ha de ser ansioso y basta con pedir de un año para otro. Si así lo seguís demandando y Dios, los hados, la Naturaleza o quienes de ello se encargue, conserve mis cualidades mentales como hasta ahora se encuentran, seguiré con vosotros desde ese blog “De acebo y jara” del que todos formáis ya parte.
Muchísima gracias y un fuerte abrazo para todos y cada uno de vosotros