1.929.- La reconsagración de la capilla del palacio de Ardaliz y una rumbosa boda
Palacio de Ardalid
La casa de los Queipo de Ardaliz la fundó hacia el año 1600 Diego García de Tineo y Llano, nacido en Cangas del Narcea alrededor de 1570, hijo de Juan Queipo de Llano “el Mozo” y Catalina de Valdés, natural de Salas, y sobrina de Fernando de Valdés, arzobispo de Sevilla, Inquisidor General, presidente del Consejo de Castilla durante el reinado de Felipe II y fundador de la Universidad de Oviedo.
Este fundador de la casa de Ardaliz era hermano de Fernando de Valdés y Llano, arzobispo de Granada, presidente del Consejo de Castilla en el reinado de Felipe IV y fundador de la iglesia colegiata de Cangas del Narcea, y tío del primer conde de Toreno, Álvaro Queipo de Llano. Fue una época en la que este linaje de los Queipo tuvo mucho poder y riqueza.
A partir de aquí la propiedad del palacio va y viene de unos a otros en las líneas matrimoniales y de descendencia que establecen los matrimonios habidos entre unos nobles y otros.
Tras el largo correr de la historia, mil idas y venidas, matrimonios de conveniencia, enlaces y desenlaces todo se va desdibujando con el paso de años. Las cartas de nobleza van quedando atrás, el agro se deteriora, le olvidan los nobles y segundones de las grandes familias y sea como fuere el palacio termina en la familia campesina de los Calvo.
El caso es que en la época a la que quiero referirme es propietario del citado palacio Don Juan Calvo y familia, de los que La Maniega señala son “dueños y señores”. Lo que yo quiero contarles es que la capilla que en su interior encierra el palacio llevaba cerrada, vete tú a saber porqué extrañas vicisitudes y llegados a 1.929, “más de un siglo estando dedicada a profanos menesteres”.
En febrero del citado año se produce de nuevo la consagración de la citada capilla. Pero no de cualquier forma. Como a este concejo corresponde se programó, tras el acto de la consagración una boda,”banquete, baile y jarana! Al decir del cronista de La Maniega “ con decir que todo ello fue en el palacio de Ardaliz huelga hablar de lujos, suculencias y esplendideces”
Así nos lo describían: “Bendíjose primero la antigua capilla del palacio, un siglo acaso dedicada a profanos menesteres, y, después de algunas restauraciones dedicose ahora al Santo Cristo de la Salud. Él seguirá guardando lo que gozan D. Juan Calvo y familia, dueños y señores del palacio. Después de la bendición, a la que asistieron los párrocos de Limés, Cibuyo y La Espina, tuvo lugar la boda de don Faustino Gómez con la señorita Matutina Conde, naturales ambos del Valledor, concejo de Allande, y los que, después de larga permanencia en Madrid, recalaron ahora en Puenticiella donde tienen un afamado establecimiento. Fueron padrinos D. Juan Calvo y señora y asistieron a la ceremonia numerosos invitados.
Y después de la boda, vengan los más suculentos platos y los más exquisitos vinos y cigarros del novio y del padrino y derroche de licores y canto y música y pandero y castañuelas”
Y remata así la crónica: “Felicitamos a los novios, deseándoles eterna luna de miel, y felicitamos a don Juan Calvo por haber vuelto al culto la antigua capilla de Ardaliz”.
Pues hasta aquí nuestra historia. Ya saben, otros tiempos otras gentes.