Cuidado en cómo mira a su compañera de trabajo

Cuidado en cómo mira a su compañera de trabajo

Lo de prohibir y prohibir ha estado siempre en el ánimo y acción de gran número de gobernantes de una y otra ideología; de izquierdas, de derechas  y de vete  tú a saber qué. Incluso ha proliferado, y sigue  proliferando ahora más que nunca, el prohibir por prohibir. Son tantas las leyes, decretos, normas, circulares, protocolos y purrela administrativa de modos, formas, acciones, documentos, reglas, convenios, adendas y farfulladas varias, que el personal no sabe por dónde ir, venir, o dar la vuelta. En cuanto que se descuida estacazo y tente tieso por no cumplir no se qué artículo o decreto de a saber que artículos de qué leyes de las miles que pululan por códigos, decretos, órdenes o circulares apiladas en cientos de estanterías o cabezas de cuadriculados burócratas divididos en cientos y un mil categorías.

Ni por asomo le diga que es guapa o haga alusión a su estupendo tipo

Cuidado en cómo mira a su compañera de trabajo. Y ni por asomo le diga que es guapa o haga alusión a su estupendo tipo. Le aguardan multa o cárcel

Quizás venga a definirlo todo otra vez, aquel famosos “prohibido prohibir” de Mayo del 68 adecuado ahora a lo políticamente correcto.

¿Y a que viene esto ahora?, se preguntarán quizás ustedes.

Pues apliquen el oído y atiendan:

No hace muchas fechas, el Instituto de la Mujer emitía un protocolo en el que anunciaba que se sancionarán “las miradas impúdicas en el trabajo y las bromas y comentarios sobre la apariencia sexual de las mujeres”.

“Se sancionarán “las miradas impúdicas en el trabajo y las bromas y comentarios sobre la apariencia sexual de las mujeres!.

Advertidos quedan los hombres, pues el citado protocolo no señala nada con respecto a sancionar a la mujer que haga lo mismo en sentido contrario. Lo que se define como “iguales ante le Ley” y la Constitución especifica, salta  por los aires serranos del progresismo y el feminismo rampante.

Al que mire a una mujer sin recato, honestidad o decoro, multazo que te crió

Dice el diccionario que `impúdico´ es falto de pudor.  Y añade, Pudor: honestidad, vergüenza, recato, decoro, timidez, reparo…

 O séase, que decía el otro, el que mire a una mujer sin recato, honestidad o decoro, multazo que te crió.  Y me pregunto yo, y quizás también ustedes: ¿Quien determinará cuando una mirada es o no impúdica?

Como esta función solo corresponde  los agentes de la autoridad, el citado Instituto de la Mujer tendrá que habitar cursos, cursillos y seminarios y charletas varias para preparar a los que para ello se elijan a distinguir unas miradas de otras, definirlas y describirlas en el boleto de la multa, así como lo que pudiera corresponder a bromas, piropos o e inicio de aproximación de un hombre a una mujer, lo que a los largo de los tiempos se ha llamado `cortejo´ y así se sigue llamando y  haciendo en la Naturaleza, sean los seres en ella integrados racionales o no. Y por ello habrá se ser sancionada también la propia Naturaleza y con ella la predisposición de la especie a reproducirse. También habrá de ser sancionado el flirteo cuando lo inicia el hombre, no así si lo inicia la mujer. Y me vuelvo a preguntar: ¿cómo se inicia pues una relación sin el cortejo, como en todo el mundo animal existe siendo siempre el macho, cuando detecta la predisposición de la hembra el que la inicia?

¿Cuántas películas, cuadros y libros habrá que destruirse para contentar a Irene Montero y sus mariachis y mariachas?

Cosas veredes amigo que te harán dudar de ti mismo.

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R. Mera