IBIAS se abrirá al enoturismo a través de la bodega Siluvio
Barbón visitando los viñedos ibienses
Siluvio Bodegas y Viñedos del empresario Lalo Méndez León, situada en el pueblo de Cecos (Ibias), abrirá su bodega, de nueva construcción, al enoturismo. Este proyecto vitivinícola comenzó a idearse en 2016 y ya lleva dos cosechas dentro de la Denominación de Origen Protegida Vino de Cangas.
Aunque en estos años ha recibido algunas visitas bajo reserva, a partir de primavera comenzará a ofertarlas de forma oficial. Y es que el bodeguero, además de trabajar intensamente en la producción y elaboración de sus caldos.
Para iniciar esta nueva etapa ya ha recibido la visita del presidente del Principado, Adrián Barbón, con quien realizó una visita guiada especial por sus viñedos e instalaciones
Fueron dos horas de visita por las instalaciones de la bodega, un viñedo de 7,5 hectáreas que como es de rigor terminó con la cata y disfrute de los vinos Siluvio
En la cosecha de pasado año entraron en bodega unos 15.000 kilos de uva, cuyos caldos se podrán degustar a partir del mes de julio, cuando las botellas saldrán al mercado.
La bodega busca el llegar a una producción de unos 55.000 kilos de uva para 50.000 botellas. Recuerda el empresario que la vendimia pasada estuvo muy afectada por las enfermedades fúngicas, mermando hasta un 50% su previsión de cosecha.
En 2016 abrió su viñedo, de 7,5 hectáreas, la mayor finca vitivinícola de toda Asturias. Cuenta Lalo Méndez que aunque tenían claro de desarrollar su proyecto en este suroccidente asturiano “no sabíamos dónde ubicarnos”. El ovetense Méndez, recurrió a las cifras de la Agencia Estatal de Meteorología y descubrió que la ladera que más había acariciado el sol en el suroccidente durante los últimos cincuenta años estaba en el pueblo de Cecos. Siete años después, Méndez puede presumir de haber sacado adelante ya dos añadas, una en 2020, de 6.000 botellas y otra en 2021, con 8.000 botellas…
Siluvio Bodegas y Viñedos cuenta con un 65% de sus plantas pertenecientes a la variedad autóctona albarín blanco, con la que hace un vino monovarietal. El resto está dedicado a las tintas albarín negro, verdejo negro y carrasquín, con la que elabora el otro de sus vinos. Con ambos, Méndez León busca que “se refleje el “terroir”, el clima y las variedades únicas que tenemos”.
El desarrollo del proyecto cuenta con financiación pública a través de los fondos Leader y para una inversión superior a los 940.000 euros recibió una ayuda pública de unos 410.000 euros”.